Oviedo, L. Á. VEGA

El nuevo coronel jefe del Regimiento «Príncipe» número 3, con base en La Belga (Siero), el oscense Fernando García González-Valerio, es un «boina negra» veterano de Afganistán, donde estuvo de julio a noviembre de 2008 dirigiendo la plana mayor de mando del equipo de reconstrucción provincial 10, integrado por miembros de la III Bandera (batallón) paracaidista «Ortiz de Zárate» que él mismo mandaba, aunque en el caso de esta misión la agrupación estuvo bajo el mando del coronel Pedro Rolán Araujo, segundo jefe de la Brigada Paracaidista. Los «boinas negras» tenían como base la ciudad de Qala-i-Now, capital de la provincia de Baghdis, la misma zona en la que se desplegó el Regimiento «Príncipe» entre noviembre de 2010 y abril de este año. En ese escenario, los paracaidistas vivieron los primeros combates de intensidad entre tropas españolas y los talibanes, de los que el coronel ha dado cuenta en artículos publicados por la revista «Atenea», especializada en temas militares.

El relevo en el regimiento asturiano tendrá lugar el próximo viernes, día 16. La elección de González-Valerio podría tener que ver con el posible desplazamiento de la unidad asturiana a Afganistán a finales del año que viene, como anunció en su día el todavía coronel jefe del regimiento, Francisco Rosaleny Pardo de Santayana, que, como su sustituto, pasó por la Brigada Paracaidista. No obstante, esta nueva misión estaría en el aire, después de haber anunciado la Ministra, el pasado día 6, el inicio de la retirada de las tropas españolas para el próximo mes de enero, al estar prevista la transferencia de la autoridad a los afganos en las provincias hasta ahora en manos de las tropas nacionales, Baghdis y Herat.

Los paracaidistas de la bandera «Ortiz de Zárate» llevaron a cabo dos operativos de gran riesgo, como describió el coronel González-Valerio en sus artículos. La llegada de esta unidad a Baghdis en 2008 coincidió con una organización de la resistencia talibana y una decidida voluntad de enfrentarse a las tropas internacionales. Los escenarios de combate fueron los mismos en los que soldados del regimiento asturiano tuvieron que batirse el cobre, como Bala Morghab, cerca de la frontera con Turkmenistán.

Una de las operaciones relatadas por el coronel González-Valerio fue la «Beyragh-e-Sabz», con la que se pretendía acceder al valle de Muqur, «donde la población local era castigada frecuentemente por las extorsiones y represalias de la insurgencia». La «Task Force» o fuerza operaciones del equipo de reconstrucción provincial se enfrentó a una gran resistencia de las tropas talibanas en el paso de Buzbay, que se doblegó tras duros combates con el apoyo de helicópteros italianos «Mangusta». Más tarde llegaría la operación «Oghab-e-Kavaar», que consistía en conducir un convoy de ayuda humanitaria a Jawand, el distrito más lejano y abandonado de la provincia de Baghdis, en manos de milicias tayikas. Pese a la naturaleza de la misión, los paracaidistas tenían que atravesar el paso de Darzak y la localidad de Dahane-Koca, bastión del líder talibán del distrito. La misión tuvo que ser abortada tras dos emboscadas en las que, sin embargo, los paracaidistas españoles consiguieron eliminar un grupo talibán de Khairkhana.

El coronel González-Valerio ha estado muy ligado a la Brigada Paracaidista. Como teniente y capitán estuvo integrado en la III Bandera. Ya como comandante, estuvo destinado en el Centro de Operaciones Terrestres del Estado Mayor del Ejército, y ya como teniente coronel estuvo en el Cuartel General del Cuerpo de Acción Rápida con base Rheindahlen (Alemania) y al frente de la III Bandera «Ortiz de Zárate», con base en Alcantarilla (Murcia), una zona que sirvió perfectamente a los paracaidistas para recrear las condiciones del norte afgano.