Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

«La gente tiene que saber que hay muchas zonas rurales de Asturias con una densidad de población de 3 o 4 habitantes por kilómetro cuadrado, como Malí o Níger». Con esta frase ejemplifica Juan Luis Rodríguez-Vigil, ex presidente del Principado, el creciente despoblamiento del campo y el hecho de que, como desvela un estudio de la Red Asturiana de Desarrollo Rural (Reader), uno de cada cinco pueblos de la región corra el riesgo inminente de desaparición, al contar ya con menos de tres vecinos.

El Principado tiene hoy 672 núcleos abandonados y otros 716 sin viabilidad demográfica y, por tanto, abocados a quedarse vacíos en el corto plazo. Las zonas altas del Caudal y del Nalón son las más castigadas, pero no las únicas con serios problemas. Mieres ha perdido 61 pueblos en la última década y cuenta con 130 núcleos sin habitantes. Fuera de las Cuencas, en la aureola del área metropolitana, perfectamente comunicada por autovía y en la rasa costera, la sidrera Villaviciosa es, sorprendentemente, el municipio rural de la región que cuenta con más pueblos abandonados o en trance de serlo en breve. Son 88 entidades, casi una cuarta parte del total. El estudio del Reader permite realizar el siguiente análisis por comarcas.

Oscos-Eo. La comarca perdió el 13 por ciento de su población en la última década y ha pasado de 20 a 22 núcleos abandonados en ese período. Además, cuenta con otros 47 pueblos en los que viven menos de tres personas y que, según los expertos, están abocados a quedarse vacíos. La situación más problemática en términos absolutos la presenta Castropol. Sin embargo, en porcentaje de núcleos «inviables» le superan San Martín y Santa Eulalia de Oscos. Vegadeo no tiene ninguna entidad de población en situación de riesgo.

Navia-Porcía. Desde que arrancó el siglo, ha perdido el 6 por ciento de sus habitantes y tiene el 20,5 por ciento de los pueblos abandonados o con riesgo, problema que afecta casi a la mitad de los núcleos de Grandas de Salime y de Pesoz. Navia tiene un núcleo abandonado y otro en situación de riesgo, mientras que Tapia también tiene una sola localidad vacía, pero cuatro que podían despoblarse.

Alto Narcea-Muniellos. Tras perder el 16,8 por ciento de su población en los primeros diez años del siglo XX, tiene unos niveles de abandono de pueblos relativamente bajos. Cangas del Narcea tiene 8 entidades vacías y 26 en riesgo.

Ese-Entrecabos. Ha perdido el 13 por ciento de los vecinos en este siglo y tiene 69 entidades despobladas y otras 85 amenazadas. En Tineo hay 57 pueblos «inviables», 37 en Salas, 35 en Allande, 16 en Valdés y 9 en Cudillero.

Camín Real de la Mesa. Tras una caída demográfica del 11,4 por ciento, según el estudio del Reader, la zona tiene 114 entidades despobladas o seriamente amenazadas. De ellas, 37 están en Grado, 27 en Belmonte de Miranda, 19 en Quirós y 9 en Santo Adriano.

Bajo Nalón. Ha perdido mil habitantes en la década y capea con solvencia el abandono de pueblos. Muros de Nalón, Pravia y Soto del Barco suman dos núcleos vacíos y cinco en riesgo.

Cabo Peñas. Su descenso demográfico ha sido insignificante, pero, sin embargo, Carreño tiene 13 pueblos vacíos y 16 con menos de tres habitantes. Gozón, ninguno.

Montaña Central. Ha perdido el 12 por ciento de los vecinos en este siglo y es la comarca más afectada por el abandono de pueblos, con 92. Lena tiene 44 sin vecinos y 20 amenazados, mientras que en Aller no hay habitantes en 34 núcleos y están en riesgo 33.

Alto Nalón. Tras perder el 4 por ciento del padrón en diez años, casi el 30 por ciento de sus núcleos están abandonados o semivacíos. En Laviana hay 58 «inviables».

Comarca de la Sidra. Con una merma demográfica del 2%, tiene 48 entidades sin gente y 67 en riesgo. Villaviciosa cuenta con 88 entidades «inviables», casi una de cada de cuatro. Nava, 3.

Oriente. Ha perdido el 0,5% de sus habitantes en este siglo y cuenta con 103 poblaciones abandonadas o semivacías. Piloña, con 62 núcleos «inviables», presenta, junto a Amieva, la situación más preocupante.