Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

El «cheque-bebé» del Gobierno regional está en pañales. Los 5,9 millones de euros presupuestados por el Ejecutivo casquista para esta ayuda, a razón de 2.000 euros por niño, no dan ni para cubrir la mitad de los nacimientos que se registraron el pasado año en Asturias. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2011 se produjeron 7.815 alumbramientos en la región. Teniendo en cuenta que la consignación económica de la Administración autonómica da para 2.950 cheques de 2.000 euros cada uno, sólo habría fondos para que perciba la ayuda el 37,7% de los padres.

Las cuentas tampoco cuadran demasiado si, como ha anunciado el Gobierno, se establece un límite de ingresos para poder acceder a la ayuda. En la anterior legislatura, el Ejecutivo socialista de Areces empezó a ofrecer esta ayuda con una cuantía fija de 500 euros para todos los nacimientos, con el objetivo de complementar la de 2.500 euros del Gobierno central. Después limitó la ayuda a los padres con unos ingresos anuales por debajo de los 45.000 euros. De esta forma, y según las estimaciones, estaban en disposición de cobrar el «cheque-bebé» asturiano en torno a 7.000 progenitores. Tomando como base los parámetros de la anterior Administración socialista, y a la espera de que la actual haga pública los suyos, el presupuesto estimado por la Consejería de Bienestar Social tampoco llegaría ni para la mitad de los posibles demandantes de la ayuda, sino únicamente para el 42% de ellos.

La recuperación del «cheque-bebé» por parte del Ejecutivo ha recibido críticas de la oposición, que, por un lado, critica su escasa consignación presupuestaria, y, por otro, pone en duda su efectividad para fomentar la natalidad en el Principado, donde en 2011 nacieron un centenar menos niños que en el año anterior. Sobre el dinero, la consejera del ramo, Paloma Menéndez, asegura que se trata de un crédito ampliable y garantiza que se atenderán las peticiones, al igual que con la dependencia o el salario social básico. El problema estriba en que, de acuerdo con las cifras actuales de nacimientos, el Gobierno casi tendría que multiplicar por tres la cuantía destinada a esta ayuda. Por otro lado, las estadísticas ponen en duda que el «cheque-bebé» mejore la natalidad. De hecho, se redujo en el ejercicio de 2009 pese a las ayudas nacionales y regionales.