Oviedo, José Luis SALINAS

FAC y PP deberían haber pactado. Ésa es la opinión de los ex presidente del Principado de Asturias (Sergio Marqués, Antonio Trevín, Juan Luis Rodríguez-Vigil y Pedro de Silva), que consideran que tanto FAC como el PP deberían haber llegado a un pacto para acordar unos Presupuestos regionales conjuntos que así evitaran la convocatoria de las elecciones anticipadas para el próximo 25 de marzo. La mayoría señalan también que adelantar los comicios supone un fracaso para el proyecto político de Francisco Álvarez-Cascos y, sostienen, que no ayudará a solucionar los problemas de gobernabilidad que hay en la región.

El predecesor en el cargo de Cascos, el socialista Vicente Álvarez Areces (presidente entre 1999 y 2011), señala que «Cascos sólo ha estado obsesionado con revisar y tirar abajo los proyectos del Gobierno anterior» y se ha mostrado «incapaz de alcanzar acuerdos con otra fuerza de la derecha y los agentes sociales». Según el socialista, «la convocatoria de elecciones ha sido sorprendente, pero es negativo el tiempo que se ha perdido por la necesidad de tomar medidas para atajar la crisis económica».

«Ni Cascos ha sido el gestor que algunos esperaban ni ha tenido la capacidad de diálogo ineludible en un gobierno que está en minoría», señala el ex líder del Ejecutivo asturiano.

Para Sergio Marqués, líder del Ejecutivo regional entre 1995 y 1999, «cuando uno asume un gobierno en minoría sabe que va a tener que negociar y llegar a pactos». Además, recuerda que en los últimos diez años ha habido en la región cuatro prórrogas presupuestarias, «a mí me tocaron dos», recuerda, «se logró sostener la situación con negociaciones con las fuerzas que se encontraban en la oposición».

El ex presidente regional por el PP y posteriormente fundador de Unión Renovadora Asturiana (URAS) señala que «el único objetivo que Francisco Álvarez-Cascos debe perseguir es el de conseguir ganar por mayoría absoluta, si no, no se entiende el adelanto electoral». Y apunta: «Si esto sale bien dejará en evidencia que Asturias sólo se puede gobernar desde la mayoría absoluta». Además, el político asturiano asegura que la situación a la que se ha llegado (con la imposibilidad de conseguir un pacto por los Presupuestos y la consecuente convocatoria de elecciones anticipadas) deja en evidencia una cierta «irresponsabilidad por parte del presidente del Gobierno, Cascos». También está convencido de que las cuentas han sido sólo la gota que ha colmado el vaso. «Esta granada estalla por el problema de los Presupuestos, pero está claro que con un gobierno en minoría que es incapaz de llegar a acuerdos podría haber explotado por cualquier razón».

El socialista Antonio Trevín, presidente regional entre 1993 y 1995, aseguró que el adelanto electoral supone «un fracaso político» para el proyecto de Francisco Álvarez-Cascos. «Supone una grave irresponsabilidad en una situación tan extremadamente singular como la que estamos viviendo», afirma. «Cascos piensa, además, que así se va a resolver el problema de gobernabilidad que hay en la región, pero con esta convocatoria no se solucionará».

A juicio de Antonio Trevín, el Ejecutivo de Álvarez-Cascos tiene también un grave problema de interlocución.

Juan Luis Rodríguez Vigil, presidente del Principado entre 1991 y 1993, entiende que los programas electorales de FAC y del PP presentan tantas coincidencias que hacen inexplicable que no se haya podido llegar a un acuerdo para sacar adelante los Presupuestos regionales. «Desconozco las interioridades, pero el acuerdo era posible, y se debería haber alcanzado», sostiene. Vigil destaca también que en estos momentos de crisis económica es muy importante que las fuerzas políticas «lleguen a consensos en los grandes temas». También admite que se puede seguir gobernando aunque los Presupuestos estén prorrogados. «Es posible, pero siempre y cuando se llegue a acuerdos con la oposición», destaca. Y asegura que «las elecciones crearán mucha incertidumbre, porque la gente está un poco harta de la situación económica y algo asustada; además, ha pasado muy poco tiempo desde los últimos comicios».

Pedro de Silva, líder del Ejecutivo asturiano entre 1983 y 1991, afirma que «el panorama político surgido de las elecciones de mayo del pasado año era lo bastante complejo, por razones objetivas y subjetivas, como para que este desenlace de la legislatura estuviera, como posibilidad nada improbable, en la mente de todos».

El abogado asturiano resalta: «Una crisis de la envergadura de la actual requiere con toda claridad unidad de mando, gobierno estable y máximo consenso, a ser posible entre todas las fuerzas políticas. Por tanto, el escenario actual es el más inconveniente de los imaginables. Pero como eso ya no tiene remedio, todos los partidos deberían comprometerse de manera clara y firme durante la campaña a favorecer la gobernabilidad, a buscar de forma indesmayable el consenso en lo esencial -gobierne quien gobierne- y a considerar como única estrategia honorable la lucha contra la crisis y a favor del empleo».

Pedro de Silva

Juan Luis Rodríguez-Vigil

Antonio Trevín

Sergio Marqués

Vicente Álvarez Areces