Lo dice todo el mundo. El todavía presidente del Principado reniega del eslogan turístico arecista que empapelaba las paredes del metro de Madrid, pero por su culpa desde el lunes por la tarde Asturias es lo que dice todo el mundo. Todo el mundo, también se lo digo yo, que ayer me asusté al doblar una esquina en Twitter y ver que hasta Carmen Lomana opinaba sobre el tema del día, el adelanto electoral, el «trending topic» de ayer hasta que al Sporting le dio por destituir a Manolo Preciado. Y si lo dice Lomana, esa analista política de primer orden, deduzco que ya no queda nadie. Reproduzco el mensaje retirando sólo las faltas de ortografía: «A Cascos le están aumentando sus aires de caudillo... Dentro de poco creerá que es Don Pelayo, pero se va a equivocar». El mantra casquista del pacto también resuena con eco entre los grandes éxitos de la red, con versiones distintas del single «No me dejan gobernar». Mario Conde, el ex banquero y ex presidiario tertuliano, decía que «no sé si conseguirá Alvarez-Cascos algo eficaz, pero lo cierto es que estaba siendo segado por PP PSOE». También hay amigos que a lo mejor ya no lo son tanto, porque la interpretación de Pedro J. Ramírez, director de periódico, dice que «cuanto más lo pienso más irresponsable me parece Cascos. Las nuevas elecciones son un plebiscito. Si no aumentan su mayoría, a casa». «Desconoces la situación de Asturias», le contesta, resuelta, la diputada de Foro Lilián Fernández, reinterpretando el gran hit del casquismo, «pacto implícito»: «Hay que vivir la pinza de la entente cordial PPSOE para ver cómo impide la gobernabilidad».

También pasa un cachondo que reduce la interpretación a twittear que «a Cascos le duran menos los gobiernos que las mujeres» y otros que prefieren «Asturias mejor al revés: con Preciado convocando elecciones en el Sporting y Cascos siendo cesado en el Principado». El símil futbolístico da mucho de sí: «Cascos unió a Oviedo y Gijón, patronal y sindicatos, PSOE y PP, no le dio tiempo a más, porque yo ya veía las aficiones de Sporting y Oviedo hermanadas». Aparece la sensación de que «Esos cascos no parecen retornables» y ninguna duda, de momento, sobre la inteligencia de los asturianos. Habrá que esperar a que pasen las elecciones y abrir la cuenta de Carmen Fernández -«carmenforix» en la red-, diputada inteligente que puso en duda la de sus paisanos después de las generales.

También hay gente pragmática, como una internauta que pide que gane Foro para que pare: «Oiga, esto de las elecciones autonómicas, ¿a cuánto sale al contribuyente? Mayoría absoluta para Cascos, que nos convoca cada año».

Al buscar «Cascos» en Twitter, eso sí, ayer aparecían insólitas asociaciones de ideas, como las de una tal María, que no quería opinar sobre el adelanto electoral en Asturias, ¿o sí?, cuando escribió en su cuenta esto: «Me pongo los cascos y desconecto de la realidad». O esto otro, de Rubén: «Tras 10 minutos con los cascos puestos, me he dado cuenta de que no estaba escuchando nada». ¿Están hablando de lo que creo que están hablando?