Pravia, Sara ARIAS

El agua, tan necesaria para la vida, se convirtió ayer en el peor enemigo para las plantaciones del bajo Nalón. Las intensas lluvias que ha soportado Asturias en los últimos días han vuelto a convertir en una enorme piscina las vegas de Candamo y Pravia. El río Nalón, desbordando su cauce, anegó las plantaciones de verduras en Sandiche (Candamo) y las de kiwis en Pravia.

En el municipio de los seis cuervos, la confluencia del Nalón y el Narcea, los ríos dejaron una estampa que recuerda a las inundaciones de junio y octubre de 2010. Las plantaciones de kiwis del bajo Nalón están completamente inundadas. «Tenemos alrededor de 90 hectáreas afectadas, lo que supone el 50 por ciento de la explotación de kiwis de Asturias», explica Ignacio Cabanillas, gerente de la Asociación Asturiana de Profesionales del Kiwi.

Por el momento, no pueden calcular el daño que ha provocado el agua. Si bien, afortunadamente, el estado vegetativo de las plantas asegura un perjuicio menor. Aunque temen que las estructuras de hormigón y metal que sostienen los árboles se encuentren «muy perjudicadas por el arrastre de troncos que trae el río».

La vega de Sandiche también resultó muy afectada por las inundaciones. El agua llegaba prácticamente hasta las vías del tren y los invernaderos de la zona parecían piscinas cubiertas. «Tenía 16 invernaderos, unos 7.500 metros, más dos hectáreas por fuera, y ahora todo está perdido», asegura resignado Luis Fernández mientras continúa trabajando en las plantaciones más altas.

Previsión y limpieza en los ríos son dos demandas que comparten Cabanillas y Fernández. «Esto no puede ser, siempre afecta a los mismos, tienen que tomar medidas para que no vuelva a producirse», afirma Cabanillas. Además, ambos reconocen que todavía no han cobrado las indemnizaciones por las lluvias de junio de 2010. «Estamos todavía esperando, pero no creo que cobre ni las de antes ni las de ahora», manifiesta Fernández.

El desbordamiento de los ríos también provocó cortes de carreteras. La vía que une San Román de Candamo y Sandiche por Ferreras estaba inundada por el Nalón. Se podían ver los rollos de silo como únicos «supervivientes» a flote del desastre. El Narcea también interrumpió el acceso a Quinzanas desde el Corredor del Narcea. Y en Pravia el río Aranguín inundó la senda que une Agones y la capital. También obligó a desalojar el gimnasio de la piscina climatizada municipal porque los desagües comenzaron a brotar como fuentes en el interior del edificio. Una vez más, el bajo Nalón fue víctima del impacto de las lluvias.