Bueño (Ribera de Arriba),

Elena VÉLEZ / A. P. PAREDES

Los vecinos de Bueño están hartos de mirar con preocupación al cielo cada vez que se pone a llover. Así lo hacía notar ayer Víctor González Tresguerres, presidente del comité vecinal de Bueño, quien señalaba a este periódico que «en esta ocasión», refiriéndose a las lluvias caídas en estos días, «y como pasó en otras ocasiones, la principal causa de las inundaciones no fue la obstrucción del río Nalón bajo el puente nuevo de Palomar, sino la crecida de uno de sus riachuelos, el de Ferreros, que arrasó la zona de la vega y del molín».

Para Víctor Tresguerres, como para el resto de vecinos de Bueño, la jornada de ayer fue una pesadilla. «En seguida nos hizo recordar el desastre que ocurrió aquí, por la similitud de la situación, el 16 de junio de 2010». Ayer al mediodía el agua había llegado ya a algunas casas de la localidad. «En concreto, se vieron afectadas cuatro casas. El agua alcanzó una altura de un metro en tres de las viviendas, mientras que en la cuarta subió cerca de treinta centímetros. Todas, excepto una de ellas, están habitadas y sus moradores tuvieron que irse a toda prisa sin saber cuándo podrán regresar, porque el agua entró de lleno», comentó González Tresguerres.

Ante este nuevo suceso, los vecinos de Bueño reclaman, otra vez, que se tomen soluciones para que situaciones como ésta no se vuelvan a repetir en su pueblo. «Pedimos una solución diferente a la construcción de un túnel de drenaje tal y como está haciendo la Confederación Hidrográfica», añade Tresguerres, quien se refiere a un túnel de desagüe que se está construyendo para impedir el desbordamiento del río Nalón a su paso por la vega de Bueño. El presupuesto de la obra es de 700.000 euros y completa los trabajos del colector del río Gafo.

Por su parte, otros vecinos de Ribera de Arriba, concretamente los que viven en los números 6 y 8 de Bárcena, en Palomar, han pedido varias veces que se realice una obra para derivar el agua que baja del Cabornio y que, desde que se construyó la nueva carretera, frena su paso al río, anegando sus huertas y sus casas. «Esperamos que esta vez nos haga caso el Alcalde. No podemos seguir pasando este calvario. Cada vez que sube el río, la válvula de desagüe se cierra y se inunda todo», dijeron Francisco Álvarez y Atilano González, los afectados.