El Entrego / El Condao / Argame, C. M. B. / J. V. / L. M. D.

La situación en las Cuencas mineras comenzó a normalizarse ayer tras las inundaciones del domingo, el lunes y el martes. La situación más difícil sigue siendo la del barrio de San Vicente (El Entrego), donde ocho bombas de extracción, que conjuntamente sacan 1.100 litros por segundo, seguían intentando evacuar toda el agua acumulada en la zona. Las dos familias desalojadas, eso sí, continúan fuera de sus casas. Lo que no acaba de encauzarse son las relaciones entre el Gobierno del Principado, de Foro Asturias, y las instituciones dependientes del Gobierno central (PP), como la Delegación del Gobierno. Ayer se reprocharon los daños causados por el río en la localidad allerana de Soto.

El viceconsejero de Infraestructuras, Juan Vega, acusó por la mañana a la Delegación de «echar balones fuera» respecto a la reparación de daños ocasionados por los ríos durante el temporal. En Soto, donde hizo las declaraciones, la crecida del río se había llevado 30 metros de escollera. En el caso allerano, «ha sido el Ayuntamiento quien ha tenido que actuar en la reparación, en soledad. Doy testimonio de ello». «Delegación del Gobierno echa balones fuera, hacia quienes no tienen competencias en los cauces de los ríos, que son competencia del Estado». La respuesta no se hizo esperar. Alberto Mortera, jefe de gabinete de la Delegación del Gobierno, aseguró que, según los informes de la Confederación Hidrográfica, la culpable de los desperfectos en Soto es «la obra del Corredor del Aller», que está siendo ejecutada por el Principado de Asturias. «Es una obra con los permisos pertinentes, pero tendría que haber repuesto la escollera en la zona. Por tanto, es el Principado quien debe hacer las reparaciones». Mortera, además, acusó a Vega de «retorcer los hechos como si fuese una toalla húmeda. Y al final, en vez de una toalla, lo que parece es una serpiente».

En El Entrego, el Ayuntamiento ha exigido al Principado que elabore una solución «definitiva» a las inundaciones de San Vicente, que se ha anegado cuatro veces en menos de dos años. En este barrio los afectados pudieron entrar en sus casas de nuevo, pero las dos familias desalojadas siguen sin dormir en sus viviendas. El descenso del nivel del río, que permite desatascar el saneamiento de la zona, permitió reducir considerablemente el volumen de agua encharcada. Ya en Laviana, el mayor susto se lo llevaron los propietarios del restaurante El Cañal (El Condao). Julio José Estévez explicaba: «Seguimos mirando al cielo, esperando que no vuelva a llover». En el restaurante, que llegó a tener 50 centímetros de agua, se estropeó, «ante todo, la caldera». Tras los trabajos de limpieza, esperan poder abrir «mañana (por hoy) mismo». También en Laviana, la circulación entre Barredos y Pola de Laviana se recuperó a primera hora. Quedan, eso sí, varios argayos por arreglar en toda la comarca.

Por su parte, en Argame (Morcín) la situación era bien distinta a la del martes, con el nivel del agua normalizado y la carretera ya abierta.

El alcalde, Jesús Álvarez Barbao, aprovechó para defender la instalación del polígono industrial, una de las causas, según los vecinos, de que se inunde el pueblo. «Argame lleva años inundándose, incluso antes del polígono, porque una parte del pueblo se encuentra bajo el nivel freático del río. A partir de ahí, sí acepto que se puede mejorar la situación. Se acabará con la obra del colector».