Oviedo,

Félix VALLINA

El presidente del Principado en funciones, Francisco Álvarez-Cascos, despertó ayer los fantasmas del 11-M en el acto de presentación en Oviedo de las candidaturas electorales de su partido para el próximo 25 de marzo. Cascos, que se había dado de baja en el PP de Gijón por el trato que le habían dado algunos de sus dirigentes a la ahora cabeza de cartel popular Mercedes Fernández, descalificándola por su actuación como delegada del Gobierno en los lamentables sucesos de marzo de 2004, no tuvo ayer reparo en sacar a relucir, con tintes electoralista, un episodio de muy malos recuerdos para la número uno de la lista del PP.

Tras señalar que «en Foro tenemos principios que comienzan por el compromiso cívico de respeto a la dignidad de las personas, que es la base ética de nuestro partido», Cascos señaló que «quiero reafirmar que si alguien de su propio partido volviera a acusar a la nueva candidata del PP, Mercedes Fernández, de estar implicada en los lamentables sucesos del 11-M para excluirla de algún cargo, volvería a calificar públicamente de indignidad política tal comportamiento, y me sentiría incapaz de convivir en una organización que consiente tales métodos». Quien había criticado fundamentalmente a Mercedes Fernández por su actuación como delegada del Gobierno en el 11-M había sido la actual presidenta del PP de Gijón, Pilar Fernández Pardo, quien el año pasado propició el voto de su partido a Foro para que este partido se hiciera con la Alcaldía gijonesa.

Cascos le prometió a Mercedes Fernández «juego limpio» durante la campaña, aunque era consciente de que con sus palabras desempolvaba un episodio tan desagradable para la candidata del PP como el de la vigilancia de los depósitos de explosivos en Asturias. A continuación, deseó a Mercedes Fernández «que jamás haya de atravesar el desierto del desprecio y de las pesadillas a las que sus actuales compañeros de partida, más que de partido, nos abocaron a algunos hace dos años, o a las que ahora mismo condenan a su improvisada número uno de las pasadas elecciones y cuyo nombre, por mera cortesía, no quiero citar», señaló el presidente regional en referencia a Isabel Pérez Espinosa.

«Como yo no quiero perder la silla, no me fui a Sevilla», bromeó el presidente regional al comienzo de su discurso en referencia al congreso que está celebrando el PP este fin de semana en la ciudad andaluza. Y arremetió contra el candidato del PSOE, Javier Fernández: «Siempre se habló en Asturias del "tapado" como figura emergente, prometedora y casi mágica en la oferta electoral. Por fin, y tras los negativos años del arecismo, en las pasadas elecciones de mayo se desenmascaró, como un trasgu o un nuberu, como un diosecillo de nuestra mitología, el "tapado" del socialismo asturiano, que resultó ser Javier Fernández, al que todavía no le hemos escuchado algún propósito de enmienda para depurar los escándalos de corrupción con el dinero de las escuelas infantiles de su Gobierno autonómico para corregir el despilfarro de los sobrecostes de las obras públicas, para combatir la falta de transparencia de los chiringuitos que derrochaban sin control alguno el dinero público, para evitar la falta de transparencia galopante en el manejo del dinero público, por ejemplo en la Fundación Niemeyer, que nos han conducido al estancamiento y al récord histórico del paro». Tras mencionar al «inolvidable Rafael Fernández», añadió: «Tampoco hemos podido leer un simple folleto suyo, que continúe la tradición de los libros que acostumbraban a publicar los presidentes del Principado Pedro de Silva y Juan Luis Rodríguez-Vigil para exponer sus ideas sobre Asturias. Sólo sé que le molestan mis libros».

Para el líder de Foro en Asturias sólo existen dos opciones políticas, la de su partido o la del «PPSOE», ésta última, según él, la que ofrecen un PP y un PSOE «que han firmado una alianza». «Sufrimos un innoble acoso político sin precedentes en España», declaró.

Álvarez-Cascos acusó a LA NUEVA ESPAÑA de defender a la vez los intereses del PSOE y del PP, al tiempo que cuestionó la independencia de este periódico porque, según aventuró, va a hacer una información de la campaña electoral que no será favorable a los intereses de Foro. «Vamos a tener a ese periódico en contra, rabiosamente en contra», pronosticó el presidente en funciones. «No entendemos la política como un oficio que requiera publirreportajes», añadió.