Los electores y diputados debían de tener 25 años para poder votar y ser elegidos. José María Queipo de Llano, conde de Toreno, había nacido el 26 de noviembre de 1786 y le faltaba más de un año para cumplir el requisito. Cuando se realizó la votación en Cádiz del diputado suplente de Asturias, Toreno obtuvo licencia para votar del Consejo de Regencia, en atención a que ya era el titular de su casa y había concurrido como diputado ante Inglaterra. En consecuencia, el Consejo de Regencia lo declaró hábil y mayor de edad para todos los efectos civiles. Ese reconocimiento le valió para ser aceptado en las Cortes el 16 de marzo de 1811.