Alumnos: Reducir el número de estudiantes por grupo hasta un máximo de ochenta. Poner en marcha la casa del estudiante, para la celebración de diferentes actividades. Apertura de salas de estudio hasta, por lo menos, la medianoche. Reabrir el debate sobre la adaptación al «plan Bolonia», analizar la situación de matriculados en planes de estudios a extinguir y defender la concesión de becas.

Profesores: Modificar el sistema de cómputo de la carga docente, para que no se valoren sólo las horas de clase. Crear una unidad de apoyo informático-administrativo para la petición de acreditaciones. Elaborar planes individualizados para el desarrollo de la carrera académica que ayuden a los más jóvenes. Facilitar su investigación en centros españoles y extranjeros.

Personal administrativo: Asegurar la financiación estable e íntegra de la carrera profesional. Mejorar la formación.

Investigación / Campus de Excelencia: Elaborar un plan estratégico de investigación mediante un replanteamiento de los clúster. Flexibilizar los trámites para formar grupos de investigación. Solucionar los problemas de percepción de salarios para becados predoctorales. Restablecer las becas puente para estudiantes que están a punto de concluir la tesis.

Gobierno universitario: Reformar el funcionamiento del claustro para favorecer la participación. Hacer públicas las deliberaciones del consejo de gobierno. Descentralizar los servicios administrativos en favor de campus y centros. Obligatoriedad de responder a las quejas. Negociar la recuperación de la propiedad de la Escuela Jovellanos de Gijón.