Oviedo, L. Á. VEGA

La fiscalía ha pedido al juez del «caso Gürtel» que vuelva a imputar a Luis Bárcenas, ex tesorero del PP y mano derecha de Francisco Álvarez-Cascos cuando éste fue secretario general del partido, entre 1989 y 1999. La Audiencia Nacional decidirá en breve si reabre esa parte del caso sobre una trama corrupta en el seno del PP que quedó cerrada por el juez Antonio Pedreira, del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el pasado mes de septiembre. De llevarse a cabo esta imputación podría volver a investigarse a quién pertenecen las misteriosas siglas «P. A. C.», atribuidas a un prominente alto cargo del PP y al que un informe de la Unidad de Delincuencia Económica (Udef) coloca en la cúspide de la trama corrupta, al haber cobrado al menos 980.000 euros de dos empresas relacionadas con Francisco Correa, «cerebro» de la trama. En una conversación grabada por el ex edil del PP en Majadahonda José Luis Peñas, que ha sido entregada a la Fiscalía Anticorrupción, Correa aseguró que había llevado hasta mil millones de pesetas a Bárcenas por obras adjudicadas en la época de Cascos, cuando éste era ministro de Fomento.

Álvarez-Cascos es mencionado en diferentes ocasiones en el sumario de la «operación Gürtel», al que LA NUEVA ESPAÑA ha tenido acceso. Siempre en boca de Correa, quien alardeaba de tener una buena relación con el actual presidente regional. «Con Cascos he viajado mucho», llegó a reconocer en una conversación grabada con Peñas.

En la declaración que realizó Francisco Correa ante el juez Pedreira se describe cómo llegó a introducirse en el Partido Popular, cuando Cascos era secretario general. «Cuando empezamos a trabajar con el asunto de viajes, el gerente nacional, don Luis Bárcenas, un día me llama y me dice: "Oye, vosotros organizáis viajes, y también organizáis congresos para grandes firmas, lanzamientos de productos..., ¿vosotros seríais capaces de organizar un mitin político?". Y yo le dije: "Pues, ¿qué hay que hacer?". En esa época estaba de secretario general Paco Álvarez-Cascos. Entonces pasamos un presupuesto. El señor Cascos nos llamó muy alarmado y me dice: "Oiga, ¿esto es correcto? Usted se ha equivocado en algo". Entonces ahí ocurrió una cosa, que es que el proveedor de ellos les cobraba una cantidad de dinero importante, y yo creo que la primera factura que les pasé fue de dos millones de pesetas, pero estaban acostumbrados a pagar ocho o diez millones. A partir de ahí empecé a trabajar muy regularmente en la organización de mítines, campañas europeas, municipales, generales, con todo lo que eso conllevaba, una barbaridad, un trabajo enorme. Estas decisiones no las tomaba ni siquiera el secretario general, las tomaba un grupo en el que estaban Jesús Sepúlveda, Cascos, Bárcenas, el secretario de Organización, que era Javier Arenas», declaró Correa.

En otra parte del sumario del caso, concretamente su declaración ante el juez Baltasar Garzón, al inicio del escándalo de corrupción, Correa reconoció haber tenido relación con Cascos cuando éste ya era ministro de Fomento. A una pregunta del fiscal sobre el papel en las empresas de la trama de Pablo Crespo, ex diputado gallego y ex secretario de Organización del PP gallego -que le fue introducido a Correa por el ya fallecido dirigente popular pontevedrés, José Cuiña-, el principal imputado del caso indicó: «Una de las cuentas que teníamos entonces era de Aena, porque Paco Cascos, con el que yo tenía cierta relación, me la dio y era una prenda muy importante, porque se hacía Fitur y se hacía un montón de eventos».

El juez Pablo Ruz acaba de imputar a Ángel López de la Mota, que trabajó durante diez años en la calle Génova, según él mismo reconoció al diario «El País», en la época de Cascos como secretario general, y que luego pasó a ser director de comunicación del ente Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), cuando el actual presidente asturiano llegó a ministro de Fomento. Junto a otro empleado de Aena también imputado, López de la Mota había cobrado 84.000 euros en especie (viajes, estancias de hotel, obras en su casa) y en efectivo de una de las empresas del «universo Gürtel». Las empresas de Correa se beneficiaron de contratos de Aena por importe de 2,4 millones de euros.

Pero la acusación más grave se encuentra en el contenido de las conversaciones entre Correa y José Luis Peñas, donde el principal imputado del caso reconoce: «Le he llevado a Bárcenas, he hecho con él un día 1.000 millones de pesetas. Yo, Paco Correa, se lo he llevado a Génova y a su casa. Todo obras, adjudicación de obras de Fomento, cuando estaba Cascos, 1.000 kilos. Yo sé dónde los tiene y cómo los saca de España y el paraíso fiscal».

La Fiscalía Anticorrupción sostiene, según publicó en su día «El País», que los mil millones de pesetas a los que se refiere Correa procederían de la labor de intermediación realizada por Correa ante empresarios de las adjudicaciones de obras del Ministerio de Fomento, entre las que se contarían alguna del AVE adjudicada a la empresa Constructora Hispánica. La Policía rastreó pagos de esta empresa a las de Correa.

Otros testigos, como el ex concejal de Majadahonda Juan José Moreno Alonso, expulsado del PP, o Isabel Jordán, ex directiva de una de las empresas de Correa, declararon en su día ante el juez Garzón que oyeron a Correa decir que había entregado dinero a Bárcenas, que siempre estaban hablando de ello, del dinero que le habían dado, de que era «un cabrón», porque no les estaba dando trabajo y les había cortado el flujo.

A pesar de estas declaraciones, y de las anotaciones de pagos en las cajas B de las empresas del grupo de Correa, sobre pagos a «L. Bárcenas», «L. B.» o «Luis el cabrón», el juez Pedreira del Tribunal Superior de Justicia de Madrid decidió archivar la imputación contra Luis Bárcenas al considerar que no había pruebas suficientes para incriminarle. Aunque eso podría cambiar ahora.