Ya sabemos, gracias a las encuestas, que la llave de la gobernabilidad la tiene UPyD, por más que no sepamos muy bien qué es eso ni dónde está la cerradura. También ignoramos, al menos yo, donde está la llave de la gobernanza, aunque puede que una y otra vayan en el mismo llavero. La sensación es que la jerga electoral trata de barnizar con eufemismos de tecnócrata las marranadas de siempre.

Lo que sí parece más claro es que lo crucial de estas elecciones no está dentro de las urnas. Salvo sorpresa, el 25-M se jugará en las siguientes semanas, y el acierto será saber cómo demonios se arreglarán luego unos y otros según la quiniela que haya resultado ganadora. Las combinaciones, como se imaginan, son tantas que da pereza sólo pensarlo. Así que, en beneficio de todos, igual estaba bien que los candidatos dedicaran la campaña a explicar cómo, con quién y a qué precio están dispuestos a repartirse la gobernanza, la gobernabilidad o como lo quieran llamar.