Avilés, Juan A. ARDURA

«Javier te dejo la tribuna pero te espero en Ajuria Enea dentro de un mes cuando seas presidente del Principado». El lendakari socialista, Patxi López, lanzó ese mensaje optimista al líder del PSOE asturiano para cederle la palabra en el mitin que ambos protagonizaron ayer en un hotel del casco antiguo de Avilés, donde las mayores críticas tuvieron como objetivos a Francisco Álvarez-Cascos y a la reforma laboral del PP.

Tanto el lendakari como el líder de la FSA cuestionaron la estrategia de Cascos al frente del Ejecutivo asturiano. «Álvarez-Cascos no quiere gobernar, quiere mandar él solito y, si no puede, rompe la baraja de forma inesperada», cuestionó Patxi López, quien no dudó en calificar de «extraordinaria oportunidad para la izquierda» las elecciones anticipadas en Asturias. Javier Fernández cuestionó los modos del dirigente de Foro Asturias. «Cascos llegó con frases directas, dirigidas a las entrañas, pero no venía a gestionar, venía a reivindicar; no era un gobernante, era un caudillo, un mesías, un hombre providencial que venía a mandar absolutamente», manifestó el candidato del PSOE, quien censuró «los seis meses de confrontaciones con la Caja, con el Parlamento, con el Niemeyer, el Festival de Cine de Gijón, la TPA: Nunca jamás en tan poco tiempo destruyeron tanto». Javier Fernández también rechazó las acusaciones de complot y conjura lanzadas por el dirigente de Foro contra los socialistas. «Lo peor de su discurso es que lo adultera adrede, es una barricada para ocultar su incapacidad; no está paranoico, a éste no hay que mandarlo al psiquiatra, hay que mandarlo fuera del Gobierno de Asturias», proclamó el candidato socialista a la Presidencia regional, que responsabilizó a Cascos y a Rajoy de «jugar una partida al póquer mentiroso, una partida de poder sobre el tablero de Asturias».

En el primer mitin de campaña en Avilés, la polémica del Niemeyer no podía quedar fuera de los discursos. La alcaldesa, Pilar Varela, acusó a Cascos de «hacer mucho daño a esta ciudad, no merece ni un voto de Avilés» para, acto seguido, recalcar que «hemos vivido una pesadilla, han sido muchos agravios pero el más claro es el del Niemeyer, ha roto la trayectoria del Centro que ha dado la mayor proyección internacional a esta ciudad».