Oviedo, P. GALLEGO

A las 12.35 de la mañana, la imagen de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aparecía por fin en un televisor instalado en una de las salas de la tercera planta del Auditorio de Oviedo. Era el final de una complicada mañana electoral para el PP de Asturias, que había comenzado más de tres horas antes con la cancelación, por niebla, del vuelo que debería haber traído al Principado a la «número dos» del presidente Rajoy. Primero, a visitar el mercado del Fontán con la candidata popular a la Presidencia del Principado, Mercedes Fernández. Después, a una reunión con empresarios, para explicarles los entresijos del fondo para financiar los pagos a proveedores aprobado por el Gobierno.

Al final, Mercedes Fernández estuvo en el Fontán, pero sin la compañía de la Vicepresidenta, y los empresarios se quedaron sin poder aclarar con Sáenz de Santamaría sus dudas sobre el procedimiento para poner fin a los retrasos en los pagos de las administraciones.

De vuelta desde el aeropuerto de Barajas y en videoconferencia desde la sede central del Partido Popular en Madrid, la Vicepresidenta afirmó que los pequeños empresarios son los «grandes motores» de la economía española, al dar empleo a «más del 80 por ciento» de los trabajadores. A ellos les explicó que las «medidas de consolidación fiscal» -la exigencia del cumplimiento del déficit, para que «empiece a fluir el crédito»-, y los 35.000 millones previstos para el pago a proveedores eran vitales para su futuro. «Cada empresario que cobra es un empresario que se mantiene, que no despide y que puede contratar aún más», razonó. Nada nuevo que, quienes estaban sentados escuchándola, no supieran. La Vicepresidenta les anunció que el Gobierno «no se va a quedar ahí», y adelantó que entre las próximas reformas previstas estará un plan para poner la «alfombra roja» a quienes quieran iniciar un negocio. Para terminar, el mensaje más repetido por el PP durante la campaña: que Asturias necesita un Ejecutivo «en buena sintonía con el Gobierno de la nación» y un «liderazgo serio» encabezado por Mercedes Fernández, «nuestra Cherines», aseveró.

La ausencia de Sáenz de Santamaría y la consecuente suspensión de la reunión posterior causó malestar entre algunos empresarios, que habían llegado al Auditorio una hora y cuarto antes. Tuvieron que irse sin poder tratar en profundidad el asunto por el que realmente habían acudido a un encuentro que, finalmente, fue un acto de campaña: saber cómo van a cobrar lo que la Administración les adeuda. «Se lo pediremos por carta», afirmó el presidente de la Federación Asturiana de Empresarios, Severino García Vigón, que defendió la reforma laboral y el derecho de los empresarios a abrir durante la jornada de huelga general del día 29.

La plana mayor del Ayuntamiento de Oviedo y su alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, acompañaron a Mercedes Fernández en su recorrido por casi todos los puestos del mercado del Fontán, resguardados bajo la estructura metálica diseñada por el arquitecto Javier Aguirre en 1882. Su promesa fue clara: si Gobierna, lo hará «para todos, con diálogo». «Sólo concibo el gobierno para remover obstáculos y allanar caminos», apostilló.