«Estamos viviendo tiempos convulsos», dice Mariano Rajoy, y, por ello, el Partido Popular de Asturias se compromete a impulsar, sin titubeos, las reformas estructurales necesarias y adoptar las medidas de consolidación fiscal requeridas para recuperar la senda del crecimiento económico y la creación de empleo.

Nos encontramos con una Asturias arruinada y abandonada, cuyas principales notas características son:

-Un fuerte déficit público que arrastramos desde gobiernos anteriores y que mantenemos en la actualidad. Los datos del Ministerio de Hacienda ponen de relieve que Asturias, sin haber llevado a cabo ninguna inversión de «calado», alcanza al cierre del ejercicio 2011 el 3,64% del PIB, suponiendo una desviación de más del doble exigido por el Gobierno central (1,3% del PIB).

-El déficit acumulado de todas las comunidades autónomas (Asturias se encuentra la décima del ranking) incrementa los resultados negativos para el total del país, haciendo crecer la deuda pública en el mercado financiero y la consiguiente subida de los tipos de interés.

-Unos mecanismos de gasto público que han alcanzado unos elevados niveles de despropósito y derroche.

-Concesión de subvenciones indiscriminadamente y sin cumplimiento de los requisitos legalmente establecidos.

-Adjudicación de los contratos públicos que no se ajustan, en todos los supuestos, a los principios de libertad de acceso a las licitaciones, publicidad, transparencia y no discriminación.

-Tasas de paro altísimas, rozando los 100.000 desempleados en la región.

La unión monetaria pide el establecimiento de un techo de gasto para las administraciones, reclama la estabilidad presupuestaria y flexibilidad en nuestra economía. Por eso, el Partido Popular se compromete con las necesidades de Asturias, de nuestra «tierrina», y, por ello, estamos luchando por diseñar una política económica fuerte y coherente, basada en dos ideas necesarias: la estabilidad presupuestaria y la creación de empleo.

La economía, tal como la definen Adam Smith o el británico Lionel Robbins, entre otros, es la ciencia que estudia la administración de los recursos escasos. Por ello, los populares de Asturias tenemos esa obsesión: la austeridad y la eficiencia en la gestión de los recursos públicos. Y para ello crearemos, al llegar al Gobierno, la oficina de control presupuestario, dependiente de Presidencia, tal como todos los asturianos nos están demandando.

Desde esta oficina impulsaremos la elaboración de un verdadero presupuesto por objetivos; una idea ambiciosa, pero necesaria, que vendrá acompañada de un ACB (Análisis Coste-Beneficio), porque creemos que los objetivos diseñados en los presupuestos, hasta la actualidad, son una mera declaración de intenciones. Por ello, es necesaria una auténtica presupuestación por objetivos que permita a los ciudadanos saber, en todo momento, en qué áreas se está gastando el dinero público (nuestros impuestos).

Esta oficina actuará como nexo de unión entre la consecución del objetivo de estabilidad presupuestaria y el control del gasto público. Para ello se garantizará el cumplimiento del uso eficiente de los recursos públicos destinados a la realización de obras, la adquisición de bienes y la contratación de servicios.

Constituirá un instrumento básico para la toma de decisiones y el desarrollo de las políticas de reorganización y racionalización del gasto público, garantizando el cumplimiento de los principios de economía, eficacia y eficiencia.

La oficina de control presupuestario propondrá, en base a los estudios realizados, medidas preventivas para corregir los posibles problemas económicos que puedan surgir, realizando un seguimiento de las distintas vías de financiación del sector público instrumental.

Otro de los papeles que jugará esta oficina será el de ejercer estrictas medidas de control de la adjudicación de los contratos públicos, garantizando la libre concurrencia y la transparencia. De forma que no se produzca una proliferación indiscriminada de expedientes de contratación sin cumplir todos los requisitos legalmente establecidos. Respecto a los contratos menores, no bastará con una simple publicidad de los mismos, la sociedad exige más, exige una fiscalización previa de éstos, eliminando el fraccionamiento de los contratos, tan criticado por la Sindicatura de Cuentas.

Controlará la concesión de subvenciones nominativas, en un momento en el que los criterios de austeridad requieren minimizarlas y adecuarlas a las necesidades existentes.

En definitiva, la oficina actuará con total independencia, imparcialidad y objetividad, persiguiendo satisfacer los intereses generales de todos los asturianos, pero sometida a una restricción presupuestaria: la austeridad y la racionalización de sus recursos.