Ribadesella / Villaviciosa,

P. MARTÍNEZ / Á. FAES

«Eso es verdad, seguro». Mariano Rajoy no captó del todo el mensaje que a gritos le enviaron en pleno discurso desde el fondo de la atestada plaza de abastos de Villaviciosa. La voz anónima sonaba reivindicativa y la breve frase terminaba en «autopista», seguramente por la inacabada del Cantábrico, una de las tantas y viejas aspiraciones asturianas. El presidente del Gobierno, volcado ayer con la candidata del Partido Popular, Mercedes Fernández, remató su ocurrencia. «Y seguro que es verdad, porque aquí no hay nadie que diga algo distinto de la verdad, si no, no estaría aquí. Por lo tanto, es verdad».

Rajoy vendió marca en Villaviciosa y también en Ribadesella, donde había estado por la mañana, en el día grande de la campaña asturiana. La marca del PP, una organización «unida, fuerte, seria, integrada en el Partido Popular europeo, que tiene gente en todos los municipios de España y que cree en España y en Mercedes Fernández, la mejor candidata con diferencia a las elecciones en Asturias».

El presidente del Gobierno jugó la baza del dominio de su partido en Madrid para pedir que el voto de este domingo vaya en la dirección del PP. «Asturias no puede instalarse en el enfrentamiento, ni con los de dentro, ni entre ellos, ni con los de fuera, ni con el Gobierno de España». De un plumazo, y sin necesidad de dar nombres, resumió lo que los populares entienden que ha significado el Gobierno de Foro Asturias, con Francisco Álvarez-Cascos al frente. También estoqueó al PSOE. «Nosotros ofrecemos una actitud distinta a lo que hemos vivido en los últimos años, una forma diferente de gobernar», dijo, antes de lanzar un mensaje directo a los socialistas: «Ahora tocar ser serios, responsables y terminar con la frivolidad. El PSOE no puede dar lecciones de nada hasta que se regenere. Ni de economía, ni de trabajo, ni de nada».

Abundaba el presidente del Gobierno en la idea del alcalde de Villaviciosa. Encargado de abrir el acto, José Manuel Felgueres no se menguó por la presencia del número uno del partido y, además de plantearle una ristra de peticiones, sacó del bolsillo un folleto de propaganda del PSOE y leyó. «Soluciones, economía, trabajo... ¡manda huevos!».

Carcajada general en el patio de butacas, con Mercedes Fernández y Mariano Rajoy en primera fila, a la espera de turno y divertidos con las ocurrencias del Alcalde. Y de nuevo, como el miércoles en Siero, Gonzalo Botas, uno de los catorce fundadores de Foro Asturias, desencantado y ya fuera de la nave casquista, estaba entre los asistentes.

El día de Mariano Rajoy terminó en el mitin de Villaviciosa. Unos minutos más allá de las ocho y media partió hacia el aeropuerto y puso punto final a un día de asturianía intensa. Con Mercedes Fernández paseó por Llanes y después por el centro de Ribadesella, antes de comer en el Gran Hotel del Sella, donde participó en un encuentro con militantes. De ahí, a Villaviciosa. Mientras en la villa los simpatizantes se agolpaban a la puerta de la plaza de abastos, a Rajoy le enseñaban las instalaciones de Sidra El Gaitero. «Me he enterado de que venden hasta en Australia. Y eso es lo que necesita Asturias. Gente emprendedora. Como tantas pequeñas y medianas empresas, que son las que crean puestos de trabajo».

Mariano Rajoy logró intercalar en la misma frase elogios a su candidata, Mercedes Fernández, al tiempo que lanzaba dardos envenenados a los rivales. «Tiene sentido común, mesura, es inteligente, capaz y con mucha experiencia, es la presidenta ideal, y Asturias debe darse cuenta de que no está para experimentos de media hora ni para apoyar a los que nos han llevado a la peor situación en muchos años».