Espectacular, la frase del presidente de la patronal bancaria: «La huelga nos acerca a Grecia y nos aleja de Alemania». Ahora resultará que son los sindicatos, y no el gran capital financiero, los culpables de que la crisis nos acerque a Grecia. Eso se llama calentar motores ante la movida. Pero, morro aparte, lo que ha dicho este señor es una tontería. Cuando Rajoy le dijo a su homólogo finlandés que los recortes le iban a costar una huelga general, ya no dejó escapatoria a los sindicatos. Si hasta el Presidente veía que la respuesta lógica y esperable era ésa, ¿cómo iban a defraudar sus expectativas? No fue un descuido, sino un modo de resaltar la importancia del sacrificio, para que no le aprieten más la garganta a su capataz. La huelga puede ser útil o no (más bien no), pero si los sindicatos en un pronto la desconvocaran a los cinco minutos, llamarían de Berlín pidiendo más madera.