Oviedo, Raquel L. MURIAS

Asturias vuelve a presentarse como destino turístico a través de la imagen renovada de la marca «Asturias, Paraíso Natural», creación del diseñador gráfico catalán Arcadi Moradell. El Gobierno del Principado ha recuperado esta marca que lleva vendiendo a Asturias como destino turístico desde el año 1985 y que el anterior Gobierno, presidido por Álvarez Areces, había relegado en los últimos años a un segundo plano tras decidir apoyar otros eslóganes nuevos para la promoción del Principado, como el de «Asturias, lo dice todo el mundo». En la Feria Internacional de Turismo en España (Fitur) el stand asturiano presentó su imagen renovada de la marca «Paraíso Natural», que tal y como explica su creador, «necesitaba modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos con algunos cambios».

Moradell ha querido dar una vuelta a la marca para lograr que ésta «tenga un mayor impacto publicitario y sea, además, más elegante». El diseño de los arcos de Santa María del Naranco que dejan entrever una imagen que ofrece un mar azul, unas montañas verdes y un sol radiante mantiene su esencia y se modifica, en parte, para adaptarse a los nuevos tiempos. El cambio principal es que las líneas del diseño van ahora marcadas en blanco, ofreciendo así una imagen «más luminosa» de Asturias. Además, el fondo que se ve detrás de los arcos es ahora más claro, con un sol más intenso y ofreciendo una información importante y es que en Asturias no siempre llueve. Otra modificación importante que ha aplicado Moradell se puede apreciar en el eslogan de «Asturias, Paraíso Natural». Ahora las letras son más sencillas, menos recargadas, más limpias. El diseñador defiende esta nueva imagen y asegura sentirse satisfecho con el resultado.

En 1985 Arcadi Moradell diseña la primera marca para lanzar a Asturias como destino turístico. El diseñador catalán, que ya había hecho otras campañas exitosas en España, opta por los tres arcos de Santa María del Naranco que dejan ver un paisaje típico asturiano con prados verdes y un sol. El fondo del diseño es negro. Esta imagen aún se puede encontrar en pegatinas, camisetas y folletos que se venden o reparten en tiendas de suvenires o puntos de información turística.

Quince años más tarde del lanzamiento de este diseño, el por aquel entonces director general de Turismo del Principado de Asturias, Tomás Flores, encargó a Moradell que rediseñara la imagen para darle más luminosidad. «Entonces cambiamos el fondo negro por azul para hacer la marca más amable, aunque el impacto ya estaba dado. También hicimos los perfiles más gruesos para dibujar mejor el conjunto y el sol adquirió un tono más anaranjado, más potente», explica Moradell. El creador de la marca «Asturias, Paraíso Natural» siempre ha sido defensor de que la marca, que lleva funcionando de forma exitosa desde hace diecisiete años, debe de mantener su esencia y líneas maestras, aunque también se deben aplicar modificaciones sobre la misma para adaptarla a los nuevos tiempos y modernizarla.

La polémica con esta marca aparece en 2005, cuando el Principado, por aquel entonces dirigido por el PSOE, celebra una cena homenaje a Moradell durante la cual el ex presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, le transmite al diseñador catalán la necesidad de dar otra vuelta más al diseño, principalmente a las letras del eslogan que resultaban demasiado barrocas y que llevaban veinte años sin cambiarse. Moradell aceptó pero a pesar de que presentó una imagen renovada, el Principado no comunicó al diseñador catalán el visto bueno hasta 2008, tres años después de haberse presentado la marca. «Supuestamente se aprobó, pero jamás vio la luz. Pasaron dos directoras de turismo y sólo pude tener una reunión con una de ellas», explica Moradell. Mientras que el «Asturias, Paraíso Natural» quedaba guardado el algún cajón de la Consejería y aunque el diseñador catalán llegó incluso a cobrar por la renovación de la marca, el Principado optó por otro tipo de campañas, como la llevada a cabo con el popular oso Yogui o la de «Asturias, lo dice todo el mundo». Pero ninguna de ellas llegó calar tan hondo como lo hizo la del «Paraíso Natural».