Oviedo, Chus NEIRA

La tradición «antroideira», aunque algo desplazada de las fechas que el calendario asigna al verdadero Antroido por motivos de coordinación, lleva treinta y cinco años repitiéndose. Entre otras cosas, por el empeño de gente como Luis Vázquez, gallego de Mieres, donde lleva años afincado. Otros 120 paisanos suyos le acaban de acompañar en una nueva edición de estas reuniones gastronómicas.

Aunque el asunto central aquí es el cerdo, sus partes, cómo llena el recetario gallego, la reunión de «antroideiros» que se celebró recientemente en el restaurante La Costana, en Granda, sirvió de nuevo para otros fines. Quizás el mayor sea el de hacer exaltación de una forma de ser ante el mundo y sus circunstancias, sustentada en la amistad, la camaradería. Pero también los miembros de este peculiar Antroido celebraban esta vez tantos años de repetición y crecimiento de la jugada. Por eso en la carta con instrucciones que recibieron este año con la invitación se les pedía llevar americana informal, estilo gallego. A pesar de la sorpresa de los convocados, el motivo era el de poder imponerse unos a otros un emblema «antroideiro» diseñado para la ocasión. El escudo es un homenaje a este hermanarse de pueblos, el gallego y el asturiano, que está en la base del encuentro: hay una Cruz de la Victoria por Asturias, pero un cáliz y una hostia por Galicia y cuatro caldeiros, uno por cada provincia gallega.

En la reunión de los «antroideiros», con presencia de compatriotas que ya no están en Asturias y que vienen para la ocasión desde otros puntos de España, se nombró Caballero Antroideiro Mayor al catedrático de Derecho Penal Rodrigo Fabio Suárez Montes. Le impuso la insignia de plata su amigo el magistrado José Manuel Varela Prada.