La incertidumbre política que ha caracterizado la octava legislatura del Principado ha coincidido con la mayor tasa de paro registrada en la región y con la caída de la actividad en los principales sectores productivos. La falta de un Presupuesto regional y la interrupción de la concertación social han supuesto obstáculos añadidos en Asturias para afrontar la peor crisis económica internacional de los últimos setenta años. Patronal, agentes sociales y expertos coinciden en el diagnóstico: «Han sido diez meses perdidos para Asturias en medio de esta gran recesión», y apuntan como «tratamiento» la conveniencia de un gran consenso y un Gobierno sólido para afrontar, con un Presupuesto regional de 4.000 millones de euros -casi una quinta parte del producto Interior bruto de Asturias- la difícil coyuntura económica.

l La sangría del paro. El dato es revelador. La mitad del paro registrado desde el inicio de la crisis, a finales del año 2007, se ha producido desde el pasado mes de julio; es decir, en menos de un año se han registrado tantas personas en las oficinas de empleo (20.600 trabajadores) como en los tres ejercicios anteriores juntos (2008, 2009 y 2010). El incremento interanual del paro en Asturias ha sido superior en casi cuatro puntos a la media nacional (13,3% frente a 9,6%). La región tenía a 30 de marzo un paro de 99.388 personas, máximo histórico por encima del desempleo de los peores años de la reconversión industrial. Estas cifras ha coincidido con la etapa de mayor incertidumbre política en el Principado, con un Gobierno que debido a su inestabilidad acabó convocando elecciones anticipadas tras ser incapaz de sacar adelante un Presupuesto y una nueva concertación social.

l El desplome de la obra pública. La licitación de obra pública de las tres administraciones en Asturias, entre enero y marzo de este año, se ha quedado en 81 millones de euros, según datos de la Confederación Asturiana de la Construcción (CAC), la segunda cantidad más baja de la historia autonómica que, además, supone un 60 por ciento menos que la media de los últimos 15 años. La decisión del Gobierno de Cascos de retener los créditos que iban a financiar los proyectos plurianuales, ya comprometidos de ejercicios anteriores, ha impedido mantener la inversión del Principado este año.

El Ejecutivo de Foro vinculó la financiación de esas obras a la aprobación un crédito de 480 millones de euros, cuando el Parlamento regional ya estaba disuelto por la convocatoria de elecciones anticipadas. Esta inversión no se materializará, en el mejor de los casos, hasta el tercer trimestre del año, cuando el nuevo Gobierno regional pueda afrontar su financiación con otro presupuesto o un crédito.

l Industria, tendencia negativa. El índice de producción ha acumulado desde julio de 2011 a enero de 2012 variaciones negativas. Los índices de producción prevista en el Principado presentan unas perspectivas con caídas superiores al 56 por ciento.

l Retroceso de otros sectores. El sector servicios ha caído un 6 por ciento en Asturias en lo que va de 2012, según datos del Instituto Nacional de Estadística. En turismo, las pernoctaciones han retrocedido un ocho por ciento, mientras que el transporte aéreo de viajeros ha retrocedido un 21,8 por ciento, y el aéreo de mercancías, un 22,8 por ciento en el acumulado de enero-febrero de este ejercicio respecto a 2011.

l Menos empresas. El movimiento empresarial también acumula registros negativos en el breve período de la octava legislatura regional, de julio de 2011 a marzo de 2012. Según datos de la Seguridad Social, a finales del pasado mes había en Asturias 1.554 empresas menos que en el pasado verano. El consumo eléctrico, otro índice, para medir la actividad económica regional, ha caído un 14,4 por ciento respecto a febrero del pasado año.

l Deudas y déficit. La Administración asturiana tiene una deuda acumulada con sus acreedores en torno a los 700 millones de euros, según afirmó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en un encuentro que mantuvo con los empresarios de la región en la reciente campaña electoral. El Gobierno regional afirmó que se había encontrado una «deuda oculta», que el Ejecutivo anterior calificaba como «gasto desplazado», superior a los 200 millones de euros, de la que la mayor parte correspondía al ámbito sanitario. La tasa de déficit del Principado pasó del 1,57 por ciento sobre el PIB regional al 3,6 por ciento a final del año, según los datos del Ministerio de Hacienda. En el último tramo del año el déficit aumentó en dos puntos, situándose el desfase en 845 millones por la caída de los ingresos y el reconocimiento de esa «deuda oculta». Esta tendencia de afloramiento de la deuda fue general en las autonomías donde cambió el Gobierno en 2011. Además, el endeudamiento regional llegó en diciembre pasado a 2.155 millones cuando un año antes estaba en 1.728 millones.

La valoración de los agentes sociales sobre la evolución de la región en los últimos meses resulta coincidente. «La tendencia no es muy diferente de la de España, pero el hecho de que no haya habido Presupuestos y no se hayan consignado inversiones regionales ha supuesto un plus negativo importante respecto al conjunto de España», dijo Alberto González, secretario general de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), quien se remitió al planteamiento ya expresado por el presidente de la patronal, Severino García Vigón, de que «hace falta un Gobierno lo más rápido posible, que tenga clara una estrategia para contener estas cifras sangrantes».

«En estos ocho meses, el fomento de la actividad económica por parte del Gobierno regional se ha deteriorado de forma paulatina y ostensible. No hubo propuestas, aparte del plan de empleo joven, faltaron ayudas y subvenciones a empresas, y la I+D+i también estuvo paralizada», afirma el secretario general de UGT de Asturias, Justo Rodríguez Braga. Su homólogo de CC OO, Antonio Pino, también considera que la situación política de inestabilidad en Asturias «ha resultado determinante, llevamos siete u ocho meses paralizados, un período en el que, además, no se construyó un proceso de concertación social, pese a que los sindicatos y la patronal llegamos a consensuar un documento de mínimos, por la bisoñez de un Gobierno que no tuvo agilidad ni eficiencia». A juicio de Pino, Asturias precisa «un gran pacto social y político sobre la inversión pública y la protección social para contrarrestar esta sangría».

«Aquí se ha perdido un año», concluye Rodolfo Gutiérrez, catedrático de Sociología de la Universidad. «Estamos ante una situación de emergencia, ante la que Gobierno y oposición deberían ser corresponsables», señala el sociólogo, quien sostiene que «no hay ambiente en España ni en Asturias para el arreglo de las cuentas públicas». Rodolfo Gutiérrez sostiene que la respuesta a esta situación económica «es una cuestión de Estado o de región, porque hace falta una reacción muy rápida».