Oviedo, José A. ORDÓÑEZ

María Porto, esposa del presidente en funciones del Principado, Francisco Álvarez-Cascos, también hizo negocios en la Valencia de Francisco Camps y Rita Barberá con el patrocinio de cajas de ahorros. La galerista organizó tres exposiciones institucionales en la comunidad levantina en menos de un año, de abril de 2006 a enero de 2007. Dos de ellas fueron apoyadas por Bancaja y la otra por la Caixa. Las tres se cerraron a través de la empresa Aqualium Spain, propiedad de Porto y en la que también figuró Álvarez-Cascos, que había dejado la política activa en 2004 y que ya era entonces pareja de la galerista. El contrato de una de estas muestras -por valor de 300.000 euros- fue adjudicado directamente a Aqualium Spain por una sociedad dependiente del Gobierno presidido por el popular Francisco Camps, mediante un procedimiento negociado y sin publicidad. De las treinta y una exposiciones que figuran en la web de Aqualium, veinticinco cuentan con patrocinio de cajas de ahorros españolas.

La primera exposición organizada en Valencia por María Porto fue «Lo que crece y nos invita», del artista argentino Alejandro Corujeira. Patrocinada por Bancaja, se pudo ver en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) en abril de 2006. Sólo un mes después, se inauguraba, con la presencia de la alcaldesa, Rita Barberá, la exposición «Ikaria», del polaco Igor Mitoraj. Promovida por el Ayuntamiento, también fue organizada por Aqualium. En este caso, bajo patrocinio de la Caixa.

Porto regresó a Valencia para la puesta de largo de otra muestra de Aqualium en la ciudad del Turia. Era «Por amor al arte», de Robert Indiana, una colección de catorce esculturas monumentales que se inauguró en enero de 2007 en la Gran Vía valenciana. Asistieron al acto la alcaldesa, Rita Barberá, el consejero de Relaciones Institucionales del Gobierno regional, Vicente Rambla, que luego se vería implicado en el «caso Gürtel», José Luis Olivas, presidente de Bancaja, entidad patrocinadora del acto con una aportación de 150.000 euros, y el propio Francisco Álvarez-Cascos. La muestra se enmarcaba dentro de los actos promovidos por el Ayuntamiento y la Generalitat con motivo de la celebración de la Copa de América.

El contrato de la exposición de Indiana, por valor de 300.000 euros, fue suscrito por la Sociedad Gestora para la Imagen Estratégica y Promocional de Valencia y Aqualium Spain el 18 de diciembre de 2006, apenas un par de semanas antes de la inauguración. Fue mediante un procedimiento negociado y sin publicidad que el Gobierno valenciano justificó en motivos de urgencia, ya que, según su versión, el Ayuntamiento no había dado la licencia para usar la Gran Vía hasta el 11 de diciembre. La exposición había sido anunciada por Barberá en noviembre, tras una visita a la Alcaldía de Cascos y Porto.

En Asturias, la empresa Aqualium Spain percibió casi 100.000 euros de Cajastur por la exposición «Las meninas», de Manolo Valdés, que estuvo en el paseo de los Álamos de Oviedo en 2005. En el contexto de aquella muestra nació otra operación con obras del mismo artista, la compra de tres caballos asturcones en bronce por 1,2 millones de euros más IVA. En este caso, Cajastur no formalizó el contrato con Aqualium, sino con la galería Marlborough, también vinculada a la esposa del ex ministro de Fomento y representante del escultor. El pago de los asturcones, adquiridos con motivo del 125.º aniversario de Cajastur, se fraccionó en dos anualidades. En 2005 la entidad abonó a Marlborough 500.000 euros más IVA y en 2006 pagó los restantes 700.000 euros más IVA. Las tres piezas tuvieron un precio de 750.000 euros, a razón de 250.000 euros cada asturcón, a lo que hay que sumar otros 350.000 euros por los tres moldes en madera.

Francisco Álvarez-Cascos, al frente del Ministerio de Fomento, habría invertido más de tres millones de euros de dinero público en la compra de obras de arte a empresas vinculadas con María Porto, según diversas informaciones publicadas el pasado año. Antonio Trevín, diputado asturiano del PSOE, ha presentado varias preguntas por escrito al Gobierno en las que pide que se le detallen los negocios que hizo el ahora líder de Foro en su etapa al frente de Fomento con su entonces novia y actual esposa. El ex delegado del Gobierno en Asturias hace referencia a adjudicaciones por valor de 748.597,60 euros realizadas entre el 1 de mayo de 2003 y el 15 de marzo de 2004. También se interesa Trevín por el retrato de Cascos para la galería de ministros de Fomento, encargado a Antonio López, pintor vinculado a Marlborough, empresa en la que trabajaba Porto. La obra sale por 194.000 euros. El plazo para que el Gobierno conteste a Trevín expira el día 25.

Oviedo, J. A. O.

Las relaciones comerciales de María Porto con entornos políticos son anteriores al inicio de su relación sentimental con Francisco Álvarez-Cascos. Una información publicada por la revista «Tiempo» vincula a la galerista y a su primer marido, el socialista Virgilio Cano, con la venta, a precios millonarios, de obras de artistas relacionados con la pareja a ayuntamientos gobernados por el PSOE.

Las operaciones se habrían cerrado gracias a la intermediación de Cano, que se aprovecharía de los contactos hechos durante su etapa como consejero de Gobernación en el Gobierno socialista de la Comunidad de Madrid y como vicepresidente de la televisión autonómica, Telemadrid. Porto, en aquel entonces, era directora financiera de la galería Marlborough, de la que procederían los artistas seleccionados.

La citada publicación pone de ejemplo de estas operaciones al madrileño municipio de Alcobendas, donde en septiembre de 2000 se instaló una «menina» de siete metros de altura y mil kilos de peso, obra del valenciano Manolo Valdés. El Consistorio desembolsó 125 millones de pesetas por la escultura.

Otro caso similar se habría producido en el municipio murciano de Ceutí. Su alcalde, el socialista Manuel Hurtado, invirtió una cifra similar a la de Alcobendas para instalar una «Reina Mariana» de mil kilos de peso en una localidad de apenas 8.000 habitantes.

Siempre según lo publicado por la revista «Tiempo», Virgilio Cano y María Porto formaron la sociedad limitada Hibou de Virma, dedicada a la «intermediación de comercio» y ubicada en el piso que la pareja poseía en una exclusiva zona de la capital de España. Tras la victoria del PP en las elecciones autonómicas de 1995 y su salida de la Administración autonómica, Cano, junto a la hoy esposa de Cascos, decidió dedicarse al arte, para «hacer acuerdos con ayuntamientos para colocar grandes obras de arte en plazas y vías públicas».