El acuerdo es que no hay acuerdo. Los 22 diputados de Foro y el PP en la Junta General van a votar a un candidato único en la sesión de investidura del presidente del Principado. A eso es a lo que se han comprometido Francisco Álvarez-Cascos y Mercedes Fernández. Pero, ¿y qué harán si son incapaces de pactar un nombre, a quién darán su apoyo los doce parlamentarios casquistas y los diez populares? La realidad es que nos encontramos como al comienzo de la negociación entre los dos partidos de la derecha, con la salvedad de una declaración de intenciones que, bien mirada, no conduce a nada. O hay candidato o no hay candidato. Esa es la cuestión. Hablar de programas en este caso es mucho menos importante, ya que las propuestas de unos y otros son muy similares, idénticas en ocasiones, que por algo Cascos llegó a ser secretario general del PP y vicepresidente del Gobierno con Aznar y un gran número de militantes de Foro proceden del partido ahora liderado por Rajoy.

Por lo tanto, en el seno de la derecha asturiana todo sigue igual, las incertidumbres sobre un posible acercamiento entre Foro y el PP se mantienen. Como hace cuatro meses o un año, siguen mandando los problemas personales, sigue contando, y mucho, la total falta de sintonía entre Rajoy y Cascos.

Por supuesto que la situación sería radicalmente distinta si el fundador de Foro aceptase no ser él el candidato de la derecha a la Presidencia del Principado. El acuerdo, seguro, sería inmediato. Pero hay que ser realmente muy inocente para pensar que Cascos va a renunciar así, sin más, a intentar seguir siendo el jefe del Ejecutivo autonómico, después de todo lo que montó -y también desbarató- para llegar ahí. Si esa hubiese sido su intención ya habría dejado entrever algo. Pero no, mientras no se demuestre lo contrario, todo forma parte, una vez más, de una estrategia, de una de las múltiples maniobras tácticas a las que tan dado es el todavía presidente del Principado en funciones.

La derecha debe aclarar lo antes posible quién es su candidato. Si no se fían unos de otros, que lo digan, pero que dejen de marear la perdiz. Asturias precisa saber ya quién la va a gobernar. Pongan todos sus cartas sobre la mesa y si UPyD tiene que decidir que decida, pero que lo haga lo antes posible.