Oviedo, María José IGLESIAS

Indignados, desconcertados, sorprendidos. Así se mostraron ayer los emigrantes asturianos en Europa y América consultados por LA NUEVA ESPAÑA tras conocer que el Tribunal Superior de Justicia de Asturias manda repetir las votaciones de los emigrantes del Occidente, al aceptar el recurso de Foro contra 332 votos que llegaron a la Junta Electoral Provincial directamente y no a través de la Embajada como manda la norma desde 2011. Salvo que el Tribunal Constitucional diga lo contrario -aún está pendiente de resolver el recurso que presentará el PSOE- tendrán que volver a solicitar el voto. La colonia asturiana en el exterior, desde lugares tan dispares como Bruselas (Bélgica), Montevideo (Uruguay), Santiago de Chile y Mar del Plata (Argentina), no ocultó ayer su decepción ante una decisión que deja sin validez votos que a muchos les han costado mucho tiempo perdido e incluso algo de dinero que, aunque se les reembolsa posteriormente, tuvieron que adelantar.

Entre los que ayer no daban crédito a la decisión del TSJA, que deja en manos del Constitucional el futuro político de Asturias, se encuentra Javier Cantero, fundador de la asociación «Amigos de Moreda y Llanes», toda una institución en Bruselas, a la que también se apuntan asturianos originarios del Occidente. Cantero, que llegó a la capital belga en 1964 y es uno de los 10.000 asturianos que integran la colonia regional en el país, siempre se preocupa de informar sobre los comicios. «Me parece importante que la gente participe», indica. En esta ocasión envió cartas a todos los asociados, pero muchos de ellos, igual que les sucedió a sus compatriotas del otro lado del charco, no se percataron de que la normativa había cambiado y los votos debían remitirse a la representación consular en sus países de residencia y no directamente a la Junta Electoral en España, como se hacía hasta que la nueva ley entró en vigor en mayo de 2011. La mayoría indica que el error vino inducido porque en los sobres con la documentación del voto, que incluían las papeletas de las diferentes opciones, también venía un sobre aparte con la dirección de la Junta Electoral Provincial, en la calle General Elorza de Oviedo.

De la descripción de los papeles recibidos que realizan los emigrantes que hablaron ayer con LA NUEVA ESPAÑA, se desprende que se trata del mismo «kit» de voto que reciben los españoles que deciden ejercer su derecho por correo. Y por ahí consideran que llegó el error de los 332 asturianos en el extranjero que enviaron el voto directamente a la Junta Electoral y no al consulado, lo que ha provocado el recurso de Foro Asturias, el partido que perdió un diputado en el Occidente en favor del PSOE.

Además, el enfado de los asturianos de la diáspora está alimentado por el cambio de normativa que hace preceptivo «rogar el voto». Es decir, dejar constancia ante el consulado de que se desea votar para recibir la documentación. Todo ello en virtud de los cambios que se estrenaron ya en las pasadas elecciones autonómicas asturianas, tras la modificación de la ley Electoral. En aquel caso, aunque llegaron y se validaron votos llegados directamente a la Junta Electoral, nadie recurrió.

Tanto Cantero como el presidente de la Asociación, Juan Carlos García, están totalmente al día de lo que denominan «el circo que se ha montado en Asturias por culpa de Álvarez-Cascos». Ambos constatan que tanto en las pasadas elecciones autonómicas de mayo de 2011 como en las Generales del 20 de noviembre del mismo año, la gente mandó los votos por correo y nadie los cuestionó. «Al contrario de lo que ha hecho ahora Álvarez-Cascos», señalan. Ambos emigrantes sospechan que muchos de los 332 sobres de la discordia proceden de países europeos. «Porque llegan antes que a América y la gente no estaba aún bien informada del procedimiento del voto», explican. Consideran que ya el mero hecho de tener que rogar el voto es «un engorro». «Sobre todo para la gente mayor», añaden.

Cantero y García sí votaron a través del consulado. «Sentimos mucho lo que ha pasado», dicen. Pero a la vez añaden el orgullo que sienten por la inusitada importancia que ha cobrado el voto de la emigración, totalmente decisivo para decantar un diputado del Occidente y asignárselo al Partido Socialista o a Foro. «Esta vez nos sentimos orgullosos porque esos votos de emigrantes determinan una mayoría, y eso nos hace estar más presentes», comentan. No había tanto en juego.

Las críticas entre la colonia asturiana en Europa al considerar que se les están poniendo muchas trabas para votar se extienden al otro lado del Atlántico. Darío Díaz, de Grandas de Salime, socio del Centro Asturiano de Montevideo, donde vive desde hace cincuenta años, se enteró ayer por LA NUEVA ESPAÑA de que existe la posibilidad de que tenga que volver a votar. Asegura que siempre participa en las elecciones de Asturias porque le gusta contribuir a decidir la representatividad en su región natal. «Voto yo, y también mi hija, que es asturiana. Cuando viene la carta, la mandamos», indica.

El problema es que en esta ocasión la carta se mandó a Asturias y no al consulado uruguayo. «No tenía ni idea de que las cosas habían cambiado, menudo lío», resalta. Lamenta la desinformación que ha significado también tener que pagar un porte más alto para votar. «No es lo mismo mandar una carta al mismo país que a España por correo certificad», indica. Con el procedimiento actual, cuando el consulado recibe los votos, devuelve a los ciudadanos una cantidad para compensarles los desembolsos. El voto, según consagra la norma española, es gratuito.

Díaz, que ayer pasó la tarde embotellando sidra en las dependencias del Centro Asturiano de Montevideo, lamentó «que no se haya informado a la gente». Volver a realizar el proceso no le hace ninguna gracia. Entre otras cosa se pregunta si tendría que pedir de nuevo los papeles. El próximo mes vendrá a Asturias de visita y bromea con la situación. «A lo mejor hasta me da tiempo de votar allí, quién sabe».

En La Plata, localidad natal de la presidenta argentina Cristina Fernández, muy cerca de Buenos Aires, Corsino González Argüelles, presidente del Centro Asturiano de la ciudad, aseguraba que la gente ya no sabe a qué carta quedarse. «La documentación nos llega con mucho retraso; tal es así que a mí este año se me pasaron las fechas y no pude votar». Aun así, no le parece serio repetir la votación. Matiza que a él no le afectaría porque está censado en Mieres, pero sí a muchos socios que antes de las elecciones reiteraron sus quejas por un procedimiento que les complica ejercer su derecho.

«En las pasadas generales fui a la Embajada en Buenos Aires y dejé allí el sobre, porque en La Plata nos están cerrando el viceconsulado, no sé si llegó o no», manifiesta. También han mandado cartas de protesta a la legación diplomática española en Argentina, que de momento no han servido de nada.

En Mar del Plata, a 400 kilómetros de Buenos Aires, Hilario Menéndez Marrón, originario de Belmonte de Miranda, reconoce que no pudo votar porque los papeles no le llegaron a tiempo. A sus 83 años de edad, asegura que siempre vota porque le gusta mantener esa vinculación con su tierra. Lo mismo le ocurrió al luarqués Manuel Parrondo, vicepresidente del Centro Asturiano de Mar del Plata. Ambos señalan que tendrían que pensarse si iniciarían los trámites para votar, en caso de repetición.

Carmen de Diego, presidenta del Centro Asturiano de Santiago de Chile, sí votó correctamente en estas elecciones autonómicas porque, según explicó, los representantes en Chile enviaron la información con mucha antelación. «Nos indicaron todos los canales por los que se podría emitir el voto», explicó. En Santiago participaron en los comicios 1.200 personas. También se alegra de la relevancia que ha adquirido el voto de los emigrantes tras estos comicios regionales. Aun así, no pasa por alto las trabas que deben superar los asturianos en el exterior. «La verdad es que el procedimiento del voto rogado disuade a mucha gente», asegura.