-Papá, ¿por qué hay fotos en las farolas?

El padre alzó la vista y contempló el rostro de Mercedes Fernández, candidata del PP. El partido había completado el cartel con su apelativo familiar, Cherines, en letras de esas que simulan el trazo manual. Será, se dijo, por aquello de presentarla con la cercanía con la que a otros llaman Tini, Triqui o Rivi. Y se acordó de Cherines, enfermera, como la había retratado Milio Rodríguez. De serlo, pensó, ¿trabajaría en una clínica privada o en la Residencia?

Aquel mismo día el padre había ido a hacerse una resonancia cerebral a una clínica privada, derivado por la Seguridad Social. Su médico le había dicho que eran cosas de estos que mandan ahora. Los mismos, siguió el padre, que acusan a la izquierda de imponer la educación pública y que insisten en subvencionar los colegios de monjas antes que la calefacción de los de seglares.

-Nada hijo, se han equivocado. En nada las quitan.