Oviedo, M. J. IGLESIAS

Más de 2.000 personas, según estimaciones policiales, y hasta 10.000, según los convocantes, tomaron ayer el centro de Oviedo para conmemorar el primer aniversario del movimiento 15-M. Bajo el lema «No es la crisis, es el capitalismo», los indignados renovaron votos contra las ayudas públicas a los bancos, los recortes en sanidad y educación y los desahucios, tres pilares de las reivindicaciones que iniciaron las acampadas en mayo de 2011, aderezados con consignas contra la Monarquía, la Conferencia Episcopal y peticiones de huelga general.

Y entre banderas republicanas, carteles con la imagen de Rajoy y ritmos del grupo de percusión «Matu Na Cai», la jornada se desarrolló sin incidentes, dejando aparte el desalojo policial realizado en la Escandalera de manifestantes del movimiento vecinal que intentó, sin éxito, colocar una mesa de protesta contra los desahucios.

Entre el paisanaje que salió de la Renfe a las 18.30 horas para cruzar Uría, subir por Toreno y bajar Marqués de Santa Cruz para desembocar en la Escandalera a las 20.30, se encontraban padres y madres con cochecitos de bebés, jóvenes en paro, médicos residentes, jubilados, músicos, profesores y hasta Henar Ortiz, tía de la Princesa de Asturias. Algunos con narices rojas de payaso, otros con caretas. Todos corearon consignas como el clásico «¡que no, que no, que no nos representan!», «ésta no es la juventud del Papá», «la banca nunca pierde», o el consabido «no hay pan para tanto chorizo». El punto álgido llegó frente a la Junta General del Principado, a la que los manifestantes saludaron con un elocuente «ésta es la cueva de Alí Babá». La tensión se aceleró ante la presencia de efectivos policiales que vigilaban atentamente al final de la calle. La sangre no llegó al río y a continuación comenzó la asamblea en la plaza de la Escandalera, con la lectura del manifiesto nacional basado en la crítica feroz al capitalismo y el llamamiento a la lucha.

Mientras controlaba el aparato de megafonía, el músico avilesino Pablo Viña se hizo eco de la alta participación que sorprendió a los convocantes. «La crisis es mentira, mandan los bancos», resaltó. Cerca, las hermanas polesas Ruth (profesora de Secundaria) y Noelia Blanco (pensionista), con otros familiares, apoyaban la protesta con el convencimiento de que existen «motivos más que sobrados para salir a la calle». La geógrafa Dolores Canto apostilló que «lo que no se pelea nunca se gana». Algo parecido piensan Adolfo Martínez (médico en Cabueñes, con bandera republicana en mano) y Ana Castro (dependienta). Ambos aclararon que el 15-M está más vivo que nunca: «Es un logro que después de un año se sigan haciendo asambleas», indicaron. Andrés Ron, también médico, aseguró que los motivos para protestar siguen intactos. «En un año no cambió nada, si acaso, a peor». A todos el calificativo de «perroflauta» les suena a chino.

Los representantes de las asambleas locales de Asturias animaron a salir de casa. «Porque quedarse significa dar vía libre a más recortes». Carlos Balbuena, un veterano del 15-M, reconoció lo costoso que resulta mantener viva la llama del activismo. Otro coste es el económico. Desde la tribuna de la Escandalera los indignados animaron a echar dinero en una caja para pagar las multas de los compañeros sancionados en otras convocatorias.

En el ámbito político, el diputado por Asturias de IU en el Congreso de los Diputados, Gaspar Llamazares, se mostró «preocupado» ante la «tentación» que parece mostrar el Gobierno de convertir el Estado democrático en un Estado «policial y penal», en referencia a las limitaciones decretadas por el Gobierno a las movilizaciones. «No se puede justificar ese Estado policial para salvaguardar la imagen de España, porque lo que de verdad perjudica es que se vaya camino de los seis millones de parados», dijo el parlamentario.

En Oviedo, los «indignados», con permiso oficial hasta las diez, permanecieron más tiempo en la plaza. Anoche un grupo de manifestantes seguía en la Escandalera, vigilado de cerca por la Policía.

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