Gijón, Juan A. ARDURA

«Aquí va a haber mucho tajo, trabajar que merece la pena». Rosa Díez, el rostro más reconocible de UPyD, dio este consejo ayer al «cabeza de lista» a la Presidencia del Principado, Ignacio Prendes, y al resto de la candidatura en el cierre del primer mitin de tres que la traerán a Asturias para las elecciones autonómicas del 25-M. Los discursos del partido magenta marcan distancia, premeditadamente, con los del resto de formaciones políticas. Las intervenciones de sus candidatos ayer en el Palacio de Congresos del recinto ferial «Luis Adaro», de Gijón, estuvieron marcadas por el interés de ir a contracorriente y de defender planteamientos no exentos de riesgo. Es la apuesta de UPyD para llegar a la Junta General del Principado.

Rosa Díez empezó reivindicando una reforma electoral que su partido también demanda para Asturias con la conversión de las tres circunscripciones autonómicas en una sola. «Es la asignatura pendiente de la democracia española, que todos los votos tengan el mismo peso, independientemente del territorio», dijo la portavoz en el Congreso. «A UPyD un diputado en Asturias le cuesta el 17 o el 18 por ciento de los votos, a otros mucho menos», apostilló el «cartel electoral», Ignacio Prendes.

La portavoz en el Congreso fue más allá al sostener que los partidos tradicionales en Asturias «tendrán que inclinarse hacia el sentido común y al sentido de Estado» para lograr acuerdos con UPyD. «No tenemos miedo a lo que pase el 25-M, estamos preparados para tomar decisiones, somos un partido maduro, sensato y razonable y estamos preparados para lo mucho y para lo poco», sostuvo Prendes. «Tenemos un proyecto para Asturias, el tiempo de la política de subsidios y subvenciones, en el que quizá caímos porque no quedaba más remedio, ya pasó. Asturias tiene que arriesgar e incentivar a quien arriesga», planteó el candidato a la Presidencia regional.

«Estamos más preocupados por el futuro que por el pasado», sostuvo un Ignacio Prendes que destacó la capacidad de su partido «para escuchar a la gente». «En esta tierra», dijo el cabeza de lista por la circunscripción central, «no hay ideas en la clase política pero sí en la sociedad asturiana». Y se comprometió a que su partido «sea una puerta abierta a la gente que trabaja y se arriesga», si logra representación en el Parlamento asturiano en las próximas elecciones autonómicas.

Rosa Díez se mostró orgullosa del camino recorrido por su partido en los últimos cuatro años: «Nuestras ideas van calando porque somos necesarios, hay millones de españoles que se sienten huérfanos de la política», afirmó la diputada, que dijo tener «una percepción de que el día 25 vamos a dar la sorpresa en Asturias, el resultado no va a tener nada que ver con la encuesta del CIS». Y de seguido recordó que en la Comunidad de Madrid el sondeo de ese organismo no le atribuyó ninguno de los ocho diputados que finalmente logró UPyD. «Pedí la disolución del CIS, no nos quieren mucho», ironizó la diputada.

Rosa Díez criticó que el Gobierno central no organizase ayer un acto institucional para recordar a las víctimas del 11-M. «¿Se imaginan que en EE UU el Estado no hiciera un homenaje por el 11-S? En España no se ha hecho nada, tiene mucho que ver con el bajo nivel de nuestra democracia», reprochó. Y cuestionó la reforma laboral, «contra la que hemos votado porque es una oportunidad perdida, el Gobierno se ha pasado de frenada al dar todo el poder de decisión a la patronal como antes se le había dado a los sindicatos». La diputada de UPyD habló de la necesidad de regenerar las instituciones en España, como las judiciales, recordó que su partido «fue el primero en cuestionar las duplicidades en la Administración y las diputaciones» y concluyó que su partido «es antipático» para el resto de formaciones «porque nosotros planteamos lo que otros no quieren plantear, rompemos la ley del silencio».