Oviedo, J. ORDÓÑEZ

Los catorce años de José Luis Rebollo al frente de la fiscalía antidroga de Asturias fueron muy intensos. Entre los casos más relevantes a los que se enfrentó en ese período está el juicio contra el «clan de los mercheros». Rodeado de unas impresionantes medidas de seguridad, logró sentar en el banquillo a catorce personas en el que fue el mayor proceso por narcotráfico de la historia de Asturias. Las amenazas sobre el fiscal adquirieron tal virulencia que tuvo que ser protegido con escolta personal.

Otra de las grandes intervenciones de Rebollo como fiscal fue el alijo de cinco toneladas de cocaína que se aprehendió en Salave en 1997. Su minuciosa investigación resultó clave para que se procediera a la detención de los responsables de la red de narcotráfico.

La labor del fiscal permitió la interceptación de otros importantes alijos, entre ellos los de casi una tonelada y media de cocaína en Gijón, o de 250 kilos de la misma sustancia en Lastres. También participó Rebollo en la operación contra el cargamento fantasma del «Orto I», un alijo de 5.000 kilos de coca que nunca llegó a aparecer.

Además, llevó a cabo una investigación sobre drogas relacionada con algunos de los asturianos que, tiempo después, se vieron implicados en los atentados del 11-M. Según señaló Rebollo en una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA, las indagaciones no concluyeron en nada anormal. Y añadió: «¿Por qué? ¿Se me ocultaban datos? ¿Intervenían los confidentes y, a la vez, éstos nos tenían engañados a todos? No sé, a toro pasado es fácil criticar, pero por nuestra parte no hubo ningún tipo de desinterés ni de desidia ni de nada, y así se constató».

En 2003, en una entrevista con este diario con motivo de su nombramiento como nuevo teniente fiscal del TSJA, Rebollo recordaba el de «los mercheros» como el juicio más duro de su vida. Además, contó esta anécdota sobre el caso de Salave, en el que queda de manifiesto su compromiso con la justicia: «Cuando se encontró el alijo, yo había pedido un pequeño permiso y me encontraba en Cuenca, acompañado de mi mujer. Llegamos a la ciudad, dimos un paseo, lo justo para ver cuatro cosas, cenamos y nos acostamos. Pero mi mujer, que no es de buen dormir, estaba oyendo la radio por la noche y de pronto escuchó la noticia. No se atrevió a no despertarme y ahí estábamos los dos, a las siete de la mañana y casi sin ver Cuenca, cogiendo el coche y volviendo de nuevo a Oviedo».

Los compañeros de Rebollo también destacaban ayer que siendo fiscal antidroga fue el primero en sacar a la luz las conexiones entre las mafias del narcotráfico gallego y el asturiano.