Oviedo, M. J. IGLESIAS

Diseñar y llevar a cabo un plan de voluntariado, reorganizar la red de acogida y acompañamiento y realizar un esfuerzo para atender y seguir dando prioridad a las personas desempleadas, son algunos de los puntos aprobados ayer por en la III Asamblea general cuatrienal de Cáritas de Asturias, celebrada en Oviedo, en la que quedaron establecidas las líneas estratégicas de trabajo de los próximos cuatro años.

Las nuevas estrategias cobran un significado especial por la dura situación económica actual que ha convertido a la región en un espacio de «emergencia social», según indicó el director de Cáritas de Asturias, Adolfo Rivas.

Más de 1.000 voluntarios se reunieron en la asamblea, presidida por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien destacó que cada día la pobreza tiene rostros nuevos. «Las circunstancias te obligan a ser creativos, a priorizar». Al recorte de casi un 20% en ayudas, el Arzobispo contrapuso el aumento de los donativos. «Curiosamente, te sorprende, hay más ayudas ahora, pero esa ampliación en los donativos y ayudas nos duran cada vez menos», indicó. Sanz Montes reconoció que 2012 se presenta «muy duro».

En la misma línea abundó el secretario general de Cáritas en España, Sebastián Mora, quien animó a los voluntarios -más de 2.000 en la región- no sólo a dar, sino a «darse». A su juicio, ese es uno de los aspectos que diferencia a Cáritas de otras organizaciones. «Porque la pobreza de hoy no es sólo material, se complica con adicciones y patologías de diversa índole», añadió. También dejó claro que «no todo vale en el ámbito de la caridad» y que la organización, brazo social de la iglesia, no está para sustituir al Estado.

Cáritas atiende a 1,6 millones de personas en España, de las cuales 40.000 corresponden a Asturias. El informe sobre exclusión y desarrollo social elaborado por la organización recalca que el 22% de los hogares españoles vive por debajo del umbral de la pobreza. Mora precisó que en Asturias el índice es algo más bajo, porque los principales aumentos de las bolsas de miseria se localizan actualmente en el sureste peninsular.

Tanto Adolfo Rivas como el resto de los responsables de Cáritas reconocieron que la entidad se ve desbordada por las peticiones de ayuda. Rivas consideró que en estos momentos críticos «es más importante que nunca que el modelo de acción social no quede relegado a una mera prestación de ayuda». El arzobispo de Oviedo también se refirió a la campaña de la Conferencia Episcopal para captar sacerdotes «Te prometo un trabajo fijo y una vida apasionante», y aclaró que no propone una salida laboral, ni se ofrecen puestos de trabajo en un sector sin paro. «Es una campaña en clave de humor e irónica, una manera de llamar la atención, lo que me ha sorprendido el revuelo que ha levantado», comentó.