En el campo de la derecha vuelven a estar las cosas. ¿«Arreglaránse», como me preguntaba en un artículo anterior? Desde luego, de no ser así, el conjunto de la derecha asturiana -no sólo los elegidos, atención, también los electores- habrá hecho por cuarta vez en pocos años un pan como unas hostias, en lo que resulta en ejercicio de masoquismo histórico de escasa similitud.

Llama la atención, por otro lado, que, habiendo perdido FAC tres escaños, no haya obtenido el PP ni uno solo de ellos. Es evidente que ni el tirón general del Gobierno de España ni la remoción de gente en las listas de los populares les han proporcionado rédito alguno. La comparación, por otro lado, con los resultados de las generales (en las que el PP vapuleó a FAC) subraya que la derecha asturiana -la social y la política- tiene un grave problema de articulación en Asturies, no con respecto al exterior, sino en el territorio. FAC, por otro lado, que planteó estas elecciones como un plebiscito, ha tenido un fiasco, aunque ofrece una solidez que muchos no sospechaban.

PP y FAC, pues, han fracasado rotundamente, tanto en su trayectoria como en los concretos resultados de estas elecciones.

El PSOE ha mantenido sustancialmente su voto y mejorado sus resultados. IU ha crecido menos de lo que esperaba, entre otras cosas porque el PSOE no ha bajado. La alta abstención ha sido una nota llamativa, que ha facilitado, por otra parte, la entrada en el Parlamento de UPyD.

Queda, a partir de hoy, la partida abierta. De no haber encuentro entre las dos ramas de la derecha -bastante difícil-, gobernará don Javier Fernández con el apoyo de IU. Es decir, que tras el paréntesis de estos meses, volveremos a la política que durante décadas han protagonizado con tanto éxito PSOE e IU.

P.S. Las primeras comparecencias públicas traducen a un Álvarez-Cascos que se siente y propone como presidente; a una Mercedes Fernández dispuesta a negociar, si hay con quien. Cospedal insiste en el diálogo y reitera las palabras de doña Mercedes. Suena a un déjà vu, aunque veremos.