La crisis lo barre todo. Y las medidas para atajar la crisis, parece que también. La grave recesión que se llevó por delante a Zapatero y hundió al PSOE en los peores resultados en décadas ha venido, en parte, a darle oxígeno a la izquierda asturiana, beneficiaria sin duda del pavor que en el electorado provocan las medidas de recorte del Gobierno, en vísperas además de una huelga general. La crisis le puso al PSOE una soga al cuello y las reformas de Rajoy le han echado una cuerda para que se mantenga a flote, en Asturias y en Andalucía. En Gijón, las cosas vuelven a su cauce más frecuente, que es la hegemonía del color rojo. La sangría de votos en Foro y la caída en desgracia de los populares gijoneses en Oviedo hacen pensar en meses de zozobra para el Ayuntamiento, la joya de la corona del municipalismo casquista, con un PP dubitativo y una izquierda crecida.