Oviedo, Álvaro FAES

La segunda aventura de la derecha -tras la época de Sergio Marqués- al frente del Parlamento asturiano termina hoy, sin que nadie descarte que la nueva consulta en las urnas dé paso a una tercera. El incierto pronóstico de las elecciones que se celebran por anticipado, al tiempo que las andaluzas, abre un amplio abanico de posibilidades. Una segunda oportunidad para que el Partido Popular, esta vez con Mercedes Fernández a la cabeza y el Foro Asturias de Francisco Álvarez-Cascos alcancen los acuerdos que no lograron en los siete meses que duró el último Gobierno. Y también otra vida para la izquierda, la gran derrotada en mayo. El PSOE, de la mano de Javier Fernández, parte como favorito en los sondeos para ser el partido con más escaños.

Son los mismos candidatos que en los últimos comicios, salvo desde el lado del PP, donde con la entrada de Mercedes Fernández se produjeron importantes salidas. La primera, la de la anterior candidata, Isabel Pérez-Espinosa, que ni siquiera va en la lista, y otras tan relevantes como la de Joaquín Aréstegui. Resiste fuerte Fernando Goñi, como número dos de una de las grandes colaboradoras de Álvarez-Cascos hasta que éste rompió con su partido de siempre.

Con una IU a la que las encuestas bendicen con una espectacular subida y la probable entrada de UPyD en la Junta General del Principado, Asturias se presenta ante su tercera cita electoral, incluidas las generales, en menos de un año. La región, como han repetido los candidatos de todos los signos en esta campaña, se la juega en el «superdomingo» más apretado e incierto en muchos años de democracia.

Casi un millón de asturianos, en concreto 989.732, tienen cita hoy con las urnas, ante un ramillete de incertidumbres y con la sombra de una alta abstención como amenaza, por el hastío de haber comprobado que, diez meses después de elegir el nuevo Parlamento regional, con mayoría de los partidos de la derecha, ha sido incapaz de formar un Gobierno estable.

Casi todas las encuestas coinciden al pronosticar un empate técnico entre Foro Asturias y el Partido Popular, aunque ambos podrían alcanzar la mayoría absoluta con la suma de sus diputados. El objetivo de la izquierda, declarada ya la intención de IU de entregar sus votos en la investidura al PSOE si así rompen el dominio conservador, es sumar los parlamentarios suficientes para formar gobierno y desalojar a la derecha. Javier Fernández, el número uno socialista, ya manifestó su intención de presentarse a la investidura, después de no haberlo hecho tras los comicios del pasado mayo, cuando dejó la patata caliente en manos de los enfrentadísimos PP y FAC.

Visto el resultado de la última consulta autonómica y dada la igualdad que se presume hoy en las urnas, que de estas elecciones salga otro Gobierno en minoría como lo fue el de Francisco Álvarez-Cascos es un riesgo posible. En este caso, el presidente elegido, según los plazos establecidos por la ley, no podría situar las nuevas elecciones antes del 30 de enero de 2013, cuando haya transcurrido un año de la fecha en la que Álvarez-Cascos convocó a los asturianos a las elecciones que se celebran hoy.

Una opción más rocambolesca sería que, una vez constituida la Junta, ésta no fuese capaz de nombrar un presidente. Por ejemplo, si se diese un empate a votos entre dos candidatos, que podría pasar si entre los bloques de izquierda y derecha sumasen los mismos diputados y UPyD, señalada en el sondeo del CIS como llave de gobierno, se abstuviese en la votación. Entonces habría que retomar el proceso, con un límite de dos meses, antes de la obligatoriedad de convocar otra vez las elecciones.

En el caso de que Unión Progreso y Democracia, con Ignacio Prendes a la cabeza, lograse representación parlamentaria, supondría que cinco fuerzas tuviesen presencia en la Junta por primera vez desde 1991, con UCD y PAS además de PSOE, PP e IU.

Los votos en Asturias se depositarán en 1.614 mesas electorales, de las que 1.256 corresponden a la circunscripción central, 227 a la occidental y 131 a la oriental. El cambio de hora que se produjo anoche era uno de los factores que hacían temer que alguna mesa sufriera retrasos en su constitución, pues a las dos de la madrugada hubo que adelantar sesenta minutos los relojes. La mesas debían quedar formadas a las ocho y media, para comenzar las votaciones a las nueve. A las ocho de la tarde se cerrarán los colegios.

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