Oviedo, Eloy MÉNDEZ

La correlación de fuerzas del nuevo Parlamento asturiano abre un abanico de posibilidades con vistas a la sesión de investidura del próximo presidente regional. Confirmado el acuerdo entre PSOE e Izquierda Unida para apoyar la elección del socialista Javier Fernández, la principal incógnita será si la derecha (Foro Asturias y PP) impulsará también a un mismo candidato. De ser así, la última palabra la tendría Ignacio Prendes, único diputado de UPyD, que rompería el empate entre los dos bloques. En el caso de que, en el plazo de dos meses, el diputado del partido de Rosa Díez optara por la abstención en sucesivas votaciones (sólo puede votar a favor o abstenerse), los asturianos se verían abocados a unos nuevos comicios, los terceros en poco más de un año.

El Reglamento de la Junta General del Principado recoge los pasos para la investidura del presidente regional en la sección primera del capítulo primero del título VIII. El artículo 171 dictamina que el jefe del Ejecutivo asturiano sólo puede ser elegido en primera votación con mayoría absoluta (23 de los 45 escaños). Algo que Javier Fernández podría lograr si convence a UPyD (PSOE e IU alcanzan 22). Idéntico apoyo necesitaría un hipotético candidato de la derecha, que suma el mismo número de actas parlamentarias.

Si ninguno de los aspirantes consigue esa mayoría absoluta -es decir, el apoyo de su respectivo espectro ideológico y de UPyD-, se celebraría una segunda votación a las 48 horas. En este caso, se establece que tan sólo se podrán presentar los dos candidatos con más apoyo en la primera sesión. De ser así, bastaría mayoría simple. Es decir, si la derecha no hubiera llegado a un acuerdo y PP o Foro se abstuvieran, Javier Fernández podría convertirse entonces en presidente con los votos del PSOE. Pero si Foro y el PP hubieran logrado el consenso, todo quedaría en manos de Prendes, y su abstención obligaría a una tercera votación, también dos días después.

A partir de ese momento, y si persiste la situación de bloqueo, se podría iniciar de nuevo el procedimiento -con la presentación de los mismos o nuevos candidatos-, y repetir la sesión de investidura las veces que se acuerde durante dos meses. Pasado este tiempo, si no se rompe el empate, el presidente autonómico en funciones, en este caso Francisco Álvarez-Cascos, procederá de forma inmediata a la disolución de la Cámara, tal y como especifica el artículo 173, y a la convocatoria de nuevas elecciones.

Por este motivo, la decisión de Prendes se convierte en trascendental, ya que estaría en condiciones de convertir en presidente a Fernández o a un líder de la derecha en primera votación. De otra parte, su reiterada abstención podría ser letal llegado el momento, ya que prolongaría el bloqueo institucional.