Oviedo,

Félix VALLINA

Ex socio de un concesionario de coches en el entorno de Oviedo y un clásico en los ambientes de la música electrónica, un mundo en el que conoció al resto de los integrantes de la organización que supuestamente manejaba. Según pudo saber este diario por fuentes ligadas a la investigación, el ovetense J. M. H., que responde al alias de «Piuki» y «ronda los 35 años», es la persona a la que la Policía acusa de ser el cabecilla de la «banda de los surferos», una organización integrada por doce asturianos -siete de ellos han ingresado en prisión- a la que se le ha incautado el mayor alijo de speed aprehendido hasta ahora en Asturias: casi 37 kilos de esta droga de diseño. Las mismas fuentes señalan que junto a él también ha sido detenida su madre, en cuyo domicilio, en el interior de un arcón refrigerador, «se encontraron casi 15 kilos de speed» y «una cantidad importante de dinero sin justificar».

La «banda de los surferos» -según la Policía actuaban «principalmente en entornos ligados al mundo del surf» y centraban sus «negocios» en Oviedo, la cuenca del Nalón, Avilés y Salinas- tenía además en diferentes trasteros y viviendas mil bellotas de hachís, marihuana, 60 gramos de cocaína, 38 kilos de hachís en placas, diversas cantidades de MDMA -una sustancia psicoactiva con propiedades estimulantes-, una pistola marca Star de 9 milímetros con su munición, dos armas de fogueo, 71.000 euros en efectivo, numeroso material para el «corte» y la manipulación de la droga, un uniforme policial, 32 teléfonos móviles y siete vehículos de alta gama. La Policía estima que la droga habría alcanzado un valor de cinco millones de euros en el mercado negro y etiqueta la operación como una de las más importantes contra el narcotráfico en Asturias.

Se da la circunstancia de que J. M. H., el presunto líder de la banda, ya había sido arrestado en el año 2010 en relación a otra operación antidroga de gran calado a nivel nacional, siempre según fuentes ligadas al caso. La Policía Nacional desarticuló entonces una compleja red de narcotráfico que operaba en todo el país tras la detención de doce presuntos delincuentes a los que se acusaba de vender sustancias estupefacientes. La droga, cocaína de gran pureza, llegaba de Sudamérica al puerto de Algeciras. Tres de los arrestados vivían en un chalé de La Providencia (Gijón) rodeados de lujo y con grandes cantidades de dinero y se encargaban de distribuir la droga por Asturias. Uno de ellos, según fuentes policiales, era el supuesto cabecilla de la «banda de los surferos». Los imputados también ocupaban por aquel entonces otro chalé alquilado en Quintueles. En una de estas viviendas, la Policía se incautó de grandes cantidades de dinero, a pesar de que los tres asturianos eran sólo «el último eslabón de la cadena», según fuentes policiales. La operación se cerró con 263 kilos de cocaína incautados, 700.000 euros en efectivo, diez coches, armas y un kilo de speed.

Entre los integrantes de la organización delictiva asturiana que están en Villabona tras la operación cerrada esta misma semana hay al menos otros dos ovetenses. Uno de ellos es vecino del barrio de Vallobín y, según fuentes conocedoras del caso, responde a las iniciales J. L. L. F. El otro, con iniciales J. C. D., es un empresario hostelero de la zona de Valentín Masip, en Oviedo. Además, también se ha ordenado prisión para un vecino de La Felguera (Langreo) que, según las mismas fuentes, responde a las iniciales J. R. B., aunque éste último podría haber salido ya bajo fianza.

Por otro lado, la magistrada juez del Juzgado de instrucción número 4 de Oviedo, María Luisa Llaneza, que es la encargada del caso, ha decidido dejar en libertad con cargos a dos de las personas detenidas durante la operación. El primero de ellos, con iniciales M. G. C. y asistido por el abogado Francisco Calleja Artime, también es vecino de Oviedo, aunque «practicaba surf en la playa de Salinas», explicaron fuentes ligadas a la investigación. Supuestamente, M. G. C. le compraba droga a la banda para después venderla por su cuenta. El segundo, el también ovetense J. A. A. F., defendido por el letrado José Manuel Fernández, habría sido ligado a la trama en relación a la compra de una de las prensas que utilizaba la organización para dar forma al hachís y distribuirlo después «en formato placa», que suele ser el más habitual para el «chocolate» con inferior calidad al que se vende en forma de bellotas.

La investigación, dirigida por el Grupo de Estupefacientes de la Brigada Provincial de la Policía Judicial, empezó hace un año, cuando en las zonas de ocio asturianas comenzó a detectarse una mayor demanda y consumo de speed en detrimento de otras drogas «más tradicionales», como el hachís, la marihuana o la cocaína. Las pesquisas llevaron a los agentes hasta la «banda de los surferos», que, según la Policía, estaba dirigida por un cabecilla con «mucha experiencia» en el mundo del tráfico de drogas y «que ahora pretendía constituirse en uno de los mayores distribuidores de speed de la zona norte del país».

Sin abandonar la venta de otras sustancias estupefacientes y aprovechando la misma estructura que lo sustentaba, incluido el equipo de gente con el que había trabajado anteriormente, «Piuki» decidió encaminar su negocio al tráfico de speed. «Es más barato que otras drogas, como la cocaína, y estaba siendo más demandado en determinadas zonas de ocio nocturno, principalmente en ambientes surfistas, muchos de ellos en Salinas», recalcaron fuentes ligadas a la investigación. No en vano, el speed, una anfetamina de la familia de las drogas sintéticas, es conocida en la calle como «la coca de los pobres», según fuentes policiales, y el gramo puede conseguirse a menos de la mitad de lo que cuesta la misma cantidad de cocaína, a un precio que ronda los 25 euros.

La mayor parte de la droga incautada estaba almacenada en tres trasteros vinculados a plazas de garaje que la red tenía alquiladas en Lugo de Llanera y en las calles General Elorza y la Argañosa de Oviedo. No obstante, fuentes conocedoras de la operación aseguran que la Policía ha intervenido algunas sustancias en los registros efectuados en los domicilios de algunos detenidos. Los coches de los detenidos, que ahora están en dependencias policiales, son un Mustang GT, un Mercedes C-180, un Audi A-5, un Golf GTI, un Honda CRV, un Passat ranchera y un BMW X-3, todos de gama alta.