Santa Cristina de Lena, Andrés VELASCO

Ocho de la mañana. Asturias amanece ante lo que será el día más duro hasta la fecha en las protestas mineras en contra del recorte de las ayudas al carbón que amenazan con cerrar el sector de forma inminente. El sol comienza a brillar sobre las laderas del entorno de Santa Cristina de Lena, un lugar religioso, de peregrinaje para los creyentes, que ayer se iba a convertir en todo lo contrario: un campo de batalla entre mineros y antidisturbios. Fuego, barricadas, misiles caseros, botes de humo, heridos y detenidos fue el balance de una cruenta jornada de movilizaciones mineras.

De madrugada ya había tenido lugar el preludio de lo que se avecinaba durante la mañana. En torno a las 1.30 horas, la Guardia Civil de Pola de Lena procedía a la identificación de los tres ocupantes de un vehículo que observaron en las inmediaciones de la estación de Renfe de La Cobertoria-Vega del Rey (Lena). Tras las detenciones, los agentes se incautaron de diverso material susceptible de ser utilizado para causar disturbios y que estaba escondido entre la maleza. No eran las únicas armas, a tenor de lo ocurrido horas después.

Al filo de las nueve de la mañana, decenas de trabajadores del sector carbonero comenzaban a organizarse en el entorno de Vega del Rey y de la estación de tren de La Cobertoria. Armados con neumáticos, saltaban a la autopista A-66 y, como cada jornada, y ya van unas cuantas desde el inicio del conflicto, cortaban el paso a los vehículos. Antes de que el reloj marcara las nueve, la barricada estaba formada y los neumáticos y árboles, utilizados para cortar el paso, en llamas. Pero algo iba a cambiar respecto a los días anteriores: la Guardia Civil aceptó esta vez el órdago de los mineros. Aparecieron veloces, en más número que nunca, y en apenas 10 minutos ya más de medio centenar de agentes se agolpaban en el entorno de la barricada. Comenzaba la batalla de Santa Cristina de Lena.

La Guardia Civil comenzó a disparar pelotas de goma y botes de humo a los mineros que, lejos de achicarse, repelían los ataques con gomeros, piedras y voladores, y se defendían con escudos metálicos artesanales. Sin embargo, el humo hacía que poco a poco fueran perdiendo terreno. Era la hora de tirarse al monte, un terreno que por tradición siempre se les había dado mejor que a los agentes de la autoridad en cada enfrentamiento minero. En cuestión de una hora, ya que las distancias son considerables, las laderas que rodean a la iglesia de Santa Cristina de Lena comenzaron a poblarse de trabajadores. La Guardia Civil salió también a la caza. Enfrentamiento servido.

La estrategia de los agentes fue ir rodeando a los mineros. Entre tanto, estos últimos atacaban cada vez que veían asomar a un antidisturbio. Las imágenes que cientos de veces se ven en el telediario de milicianos árabes combatiendo con cohetes artesanales contra ejércitos armados se reprodujeron ayer en Santa Cristina, con los mineros en el papel de milicianos.

Armados con tubos metálicos de andamios de la construcción como lanzacohetes, los mineros los cargaban con voladores. Apuntar, encender la mecha y ¡pum!; «misil» contra los agentes. Así durante varios minutos, hasta que la Guardia Civil se hacía un escollo demasiado duro y había que emprender la huida. Tras tres horas de batalla, los mineros se dispersaron por el monte tratando de escabullirse de los agentes. Para dos de ellos, el día iba a acabar con sus huesos en la comandancia, ya que fueron detenidos en una pradera cercana a Santa Cristina.

Esta fue la batalla más cruenta hasta la fecha entre mineros y Policía en lo que va de conflicto, pero no la única. También durante la jornada de ayer se produjo un enfrentamiento similar en la zona de Soto de Rey, concretamente en la localidad de Vegalencias, cuando la Guardia Civil intervino para desalojar a un grupo de personas que arrojaban piedras, voladores y tornillos a la carretera desde una pasarela, resultando un agente herido en la cara por el impacto de un rodamiento.

En lo que respecta a las comunicaciones, los cortes fueron constantes durante toda la mañana y hasta bien entrada la tarde. En total se registraron interrupciones del tráfico en 16 puntos de la región. Los mineros cortaron el acceso a la Central Térmica de La Pereda, en Mieres, así como interrumpieron el tráfico en la A-66 en diversos puntos, la N-630 también en varios sectores, entre ellos el puerto de Pajares, la AS-242, la A-63, la N-634, y la AS-253 (el puerto de San Isidro). Precisamente otro de los momentos tensos del día se vivió en Pajares, cuando los manifestantes apedrearon a los operarios que trataban de limpiar la carretera para dejar libre el paso, denunció la Delegación del Gobierno.