JC Martínez / EFE

Dos de los trabajadores del sector de la minería encerrados en las explotaciones han tenido que abandonar sus protestas en el día de hoy. El segundo en hacerlo era un minero del pozo Santiago quien tras recibir la visita matutina de los sanitarios manifestaba encontrarse mal. Tras el examen médico se le diagnosticaba un cuadro de ansiedad, por lo que era evacuado en ambulancia al Hospital Álvarez Buylla de Mieres.

Los otros ocho mineros que permanecen encerrados desde hace once días en los pozos Candín, en Langreo, y Santiago, en Aller, “se encuentran bien de salud y animados aunque cansados”, según los médicos de Hunosa que les han visitado este mediodía. No obstante por las condiciones del encierro no hay que descartar nuevas evacuaciones. La visita médica de hoy es la sexta que llevan a cabo los doctores desde que arrancó la protesta.

El primero en abandonar el encierro, uno de los del pozo Candín

Uno de los cinco mineros encerrados desde hace once días en el pozo Candín de Hunosa en Langreo como medida de rechazo a los recortes en el sector ha abandonado hoy la protesta después de que los servicios médicos de la empresa le recomendaran salir tras encontrarle muy nervioso y con un cuadro de ansiedad agudo.

Los mineros encerrados reclamaron la presencia del médico a las tres de la madrugada y el trabajador tomó la decisión aconsejado por los servicios médicos de la empresa, informa la compañía.

Los trabajadores se pusieron a dicha hora en contacto con el asistente técnico sanitario que permanece a pie de pozo desde el día en el que se inició el encierro.

Hunosa mantiene operativo por razones de seguridad el servicio telefónico que permite comunicar el pozo con el exterior.

Los mineros informaron al enfermero de que uno de sus compañeros encerrados se encontraba muy nervioso y de que estaban preocupados por su salud.

Al conocerse la situación, visitó a los trabajadores uno de los médicos de la empresa, otro servicio que permanece de guardia permanente también desde que arrancaron los encierros en este pozo y en el de Santiago en Aller, donde están encerrados otros cinco mineros.

Hacia las tres y media de la madrugada, el doctor accedió al pozo y tras aproximadamente una hora en el interior de la mina y después de chequear al trabajador, aconsejó al minero abandonar el encierro, a lo que el se negó.

Finalmente fue convencido por el médico y por los otros cuatro encerrados y el trabajador acabó abandonando la protesta.

Una ambulancia de Hunosa, también de guardia las veinticuatro horas del día desde que se iniciaron los encierros, trasladó al minero al hospital Valle del Nalón de Riaño, donde se le practicó un chequeo más completo, y, tras comprobar que el trabajador ya se había tranquilizado, fue dado de alta.

Los sanitarios encontraron bien “aunque cansados” a los otros encerrados en Candín. “Estaban cansados por el ajetreo de la noche y la preocupación por el compañero evacuado”, señalan. Los médicos informaron a los mineros de que el compañero evacuado ya se ha recuperado de su crisis nerviosa. Junto a los doctores también entraron al pozo los delegados mineros de seguridad.