Oviedo

Aurora Sánchez Fernández, escritora y compañera de la sección de Corrección de LA NUEVA ESPAÑA, falleció ayer en Oviedo, a los 47 años de edad, víctima de una enfermedad. Sus restos mortales serán incinerados a las cinco de esta tarde en el tanatorio ovetense El Salvador, donde ayer quedó instalada la capilla ardiente.

Licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de León, Aurora, Auro, trabajaba en la sección de Corrección de este periódico desde 1996. En todos estos años supo granjearse el cariño de sus compañeros y deja un grato recuerdo como mujer de bien y apasionada de la vida. Gran aficionada a la lectura, al Sporting de Gijón, su equipo del alma, y al voleibol, Auro desarrolló una intensa actividad literaria, en muchas ocasiones de forma conjunta con su marido, el también escritor José Luis Campal.

Nuestra compañera publicó varios libros, tanto en castellano como en asturiano: «El lenguaje de las flores», «Decorar flores y plantas» y tres volúmenes de cuentos y fábulas a niños, que están dedicados al «Quijote», «El Lazarillo de Tormes» y «El Conde Lucanor».

En 2010, y mano a mano con su marido, dio a la luz «Una fardelina de cuentiquinos en versu», libro publicado por la Academia de la Llingua Asturiana dentro de la colección «Escolín». También junto a Campal escribió la obra teatral «(Con)tratos. Comedia llaboral en dos actos y en prosa». Además, deja dos notables trabajos de investigación literaria. Se trata de «Agustín de la Villa y los sos trabayos poéticos nel diariu xixonés El Pueblu Astur», de 2009, y «Sidra, versu y publicidá», de 2011. Ambas obras están escritas en lengua asturiana.

Aurora Sánchez firmó gran número de artículos, en los que, entre otros temas, tocó el teatro y la historia de la literatura asturiana. Su producción, que ahora se ve cortada de forma tan prematura, incluye diversas obras visuales y conceptuales aparecidas en publicaciones periódicas, así como colaboraciones en poemas y exposiciones visuales. Escribió los cuentos «Marcadas» (2006) y «Análisis» (2008) y es autora, junto a Campal, de la «plaquette» titulada «Inventario de abrazos», de 2008, regalo para los invitados a su boda.

Se nos va una compañera que deja profunda huella en este periódico y un recuerdo imborrable entre cuantos hemos tenido la suerte de trabajar a su lado. Su marido, José Luis; sus padres, Ramón y Esther; sus hermanas, Esther y Mercedes, y el resto de la familia, reciban el consuelo de todos los que hacemos LA NUEVA ESPAÑA, que ahora lloramos la pérdida de nuestra querida compañera. Descansa en paz, Auro.