Oviedo, Luis Mario ARCE

La reducida cantidad de fuel vertida en la ría de Aboño, el carácter costero y localizado del derrame y la ayuda que, hasta ahora, ha prestado el viento del Nordeste, impidiendo la difusión de combustible mar adentro, hacen prever a los biólogos un «efecto limitado» de la marea negra sobre el ecosistema marino. Así lo cree Ricardo Anadón, profesor de Ecología -ahora prejubilado- del departamento de Organismos y Sistemas de la Universidad de Oviedo, aunque anteponiendo la prevención de que falta información detallada sobre la cantidad exacta de fuel y sobre su composición, de la cual dependen, en gran medida, los efectos contaminantes. «Por lo visto en televisión, y por el volumen de vertido que se ha dado, de unos 10 metros cúbicos, el efecto será limitado». A su juicio, «cabe esperar que una parte del vertido se volatilice y otra se diluya mar adentro», aunque todo dependerá de la densidad del fuel.

David Álvarez, investigador del mismo departamento de la Facultad de Biología de Oviedo, estuvo ayer comprobando in situ los efectos del vertido en la playa de Candás y en Perlora, «y hay mucho fuel a la vista, en la arena y en el pedrero que queda a la derecha de la playa. La mar estaba en calma y se apreciaba una capa muy gruesa de fuel en superficie, cerca de la orilla. El vertido, por lo que pude ver, está bastante localizado, y había viento del Nordeste, que lo pegó a tierra», explica. No obstante, Álvarez advierte de que «probablemente habrá mucho fuel en la zona de acantilados y en las rocas costeras, donde, al igual que en el pedrero, es difícil de limpiar», añade. Aparte de los efectos inmediatos sobre el turismo y sobre la pesca, «que tendrá que estar cerrada durante un tiempo, no sólo unos días», su mayor preocupación son las aves marinas «porque pronto empezará el paso migratorio», un fenómeno anual que entre mediados del verano y finales del otoño mueve a través del Cantábrico a decenas de miles de aves marinas de las colonias del Atlántico europeo. «En lo que pude mirar hoy (por ayer) no vi aves muertas».

Otros expertos en ecología marina consultados por este periódico no quisieron hacer comentarios por la falta de información precisa. No obstante, Julio Arrontes, profesor de Ecología de la Universidad de Oviedo, destacó que «casi siempre que hay un vertido de fuel pesado o de petróleo, los efectos visuales duran poco. El mar tiene capacidad para eliminarlo. Lo que apenas se conocen son las consecuencias a largo plazo. Lo que queda en el mar puede ser removilizado por temporales y hay sustancias tóxicas que se acumulan en los organismos». Con respecto al fuel que se va depositando en la orilla, comenta que «en las playas es donde más feo queda, donde afecta más al turismo, pero es donde menos impacto ocasiona y donde resulta más fácil retirarlo».

«Se ha metido mucho fuel en el pedrero y en las rocas, donde es difícil de limpiar»

<David Álvarez >

Biólogo

«Cabe esperar que una parte del vertido se volatilice y otra se disperse mar adentro»

<Ricardo Anadón >

Profesor de Ecología

«El peor efecto visual se produce en las playas, pero ahí es más fácil retirarlo»

<Julio Arrontes >

Profesor de Ecología