Gijón,

M. CASTRO / P. TUÑÓN

La casualidad quiso ayer que el director nacional de Salvamento Marítimo, Juan Luis Pedrosa, estuviera de paso en Gijón para realizar una visita oficial. «Creo que en pocos días las playas podrán estar bien. Las playas de la ciudad y los alrededores seguirán siendo tan magníficas como siempre. No creo que influya para nada en el tema turístico», manifestó el responsable del ministerio de Fomento, tras descartar que los perjuicios medioambientales vayan a ser significativos. «Aunque en algún lado lo comparan con el "Prestige", gracias a Dios no tiene absolutamente nada que ver», insistió. Aún así, fuentes técnicas de la central térmica de Aboño, origen de la contaminación, señalaron a este diario que la emisión de hidrocarburos fue significativa y que se prolongó durante más de una hora debido a un fallo en cadena de varios mecanismos de control.

La ruptura de una tubería auxiliar de una pulgada de sección (2,54 centímetros) que tardó en detectarse alrededor de una hora, estuvo en el origen del accidente en la térmica de HC Energía situada entre los concejos de Gijón y Carreño. Esa tubería es importante porque es la base de un presostato (un aparato que se emplea para controlar la presión dentro de la tubería principal por la que se lleva el fuel hasta la caldera de la térmica). En la sala de control de la central no saltó ninguna alarma advirtiendo de la ruptura de la tubería auxiliar, que se estima que ocurrió alrededor de las cinco de la madrugada de ayer. La fuga fue detectada una hora más tarde por un empleado encargado de la vigilancia del proceso de producción. Durante ese tiempo, el fuelóleo no paró de salir a alta presión y muy fluido (el fuel que se usa para encender la caldera circula por las tuberías a temperaturas que oscilan entre los 80 y los 110 grados).

Esa primera avería y el fallo en su detección por sí solos no hubieran ocasionado ningún daño medioambiental, ya que hace unos años, HC efectuó una importante inversión para dotarse de un sistema de drenaje que evitase fugas al entorno de fuel, ácidos y de otros productos químicos líquidos que emplea, que son canalizados a una depuradora. La fisura en una arqueta de ese sistema fue en realidad lo que permitió que el fuelóleo llegase a la ría. ¿Por qué se produjo este cúmulo de fallos, en especial el del sistema de drenaje? La pregunta la tendrá que aclarar la investigación del siniestro. De los tres fallos -avería de la tubería auxiliar, detección del vertido de esa tubería y fallo del sistema de drenaje- es éste último el que resulta más preocupante, en opinión de las fuentes citadas, que no obstante consideran que, en una instalación industrial, las averías son inevitables.