Oviedo, Marcos PALICIO

La reestructuración de plantilla en la Universidad de Oviedo se sustanciará en la renuncia a renovar a 110 profesores asociados. En su última reunión del curso, el Consejo de Gobierno de la institución docente acordó ayer situar ahí el límite del corte, completando la reorganización con 212 renovaciones de contratos. El rector, Vicente Gotor, interpreta las cifras con la impresión de haber salvado del recorte algunas de las prioridades de su equipo rectoral, toda vez que «mantenemos a todos los ayudantes doctores y contratados doctores y a los titulares interinos excepto uno», aseguró. Las plazas no renovadas, aproximadamente una de cada tres, se han concentrado en las de los profesores que fueron contratados el año pasado para cubrir las necesidades docentes por la superposición de los viejos planes con los nuevos grados del «plan Bolonia». El vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado, Julio Antonio González, desgranó las cifras del ajuste destacando que los docentes «sabían que el suyo era un contrato a término, coyuntural, que pasado el curso habría que ajustar a las necesidades actuales. Una vez que han desaparecido prácticamente todos los planes superpuestos, a una gran parte de este profesorado no se renovará para el curso que viene».

«A pesar de las limitaciones presupuestarias», asegura González, entre las renovaciones se incluyen las prórrogas por un año para «23 ayudantes que habían agotado los cuatro años de su contrato» y para otros diecisiete ayudantes doctores «cuya plaza tendría que salir a concurso, una circunstancia que ha quedado prohibida desde el decreto del 31 de diciembre». Además de ayudantes doctores, las renovaciones abarcan, entre otros, profesores asociados de seis y tres horas, 32 interinos y 103 docentes de la Facultad de Ciencias de la Salud cuyas plazas «se renuevan todos los años».

El Consejo de Gobierno de la Universidad acordó asimismo otras medidas tendentes al ahorro de costes, como el cambio de consideración de determinadas actividades que hasta ahora no computaban como obligaciones docentes del profesorado y tenían asignada una remuneración específica. A partir de ahora, según anunció el vicerrector de Planificación Económica, Santiago Álvarez, se incorporarán al capítulo de la retribución ordinaria. Es el caso de algunos cursos de extensión y otras iniciativas que «para la Universidad es importante desarrollar», apunta Álvarez, «porque percibe unos ingresos por ello». Los docentes que participan reciben una retribución que desde ahora, para aquellos «que por las circunstancias que sean no completen con su docencia ordinaria todas las obligaciones que le correspondan, se reducirá al cincuenta por ciento». Por otro lado, el Consejo de Gobierno aprobó también ayer la adaptación de la Universidad a la normativa de incompatibilidades del personal al servicio de las administraciones concretada en el establecimiento en 75 horas del límite de docencia en actividades no reguladas, es decir, las que están fuera de los cursos oficiales.