Oviedo, L. Á. VEGA

El último barómetro del CIS es una seria advertencia a los políticos para que emprendan la reforma de la vida pública y la estructura del Estado, doten de mayor dignidad a la política, eliminen el despilfarro y repartan de manera más equitativa los recortes a los que aboca la crisis económica, según indican los politólogos y constitucionalistas consultados por LA NUEVA ESPAÑA.

Francisco José Llera Ramo, director del Euskobarómetro, resume los deseos de los encuestados en una frase: «Quieren regeneración». En caso de que no se adopten esas medidas, podría continuar el proceso de deterioro de los partidos mayoritarios, lo que abriría el paso a opciones populistas que complicarían mucho el panorama, aunque también es verdad que, por el momento, no parece cercano el riesgo de una extrema derecha fuerte como ha surgido en los últimos años en Europa.

El politólogo Óscar Rodríguez Buznego estima que «a medida que la crisis avanza sin solución, se ponen de manifiesto unos niveles de desconfianza inquietantes». El experto considera que esa desconfianza es mayor respecto a los socialistas. «El PSOE no recupera voto pese al desgaste tan rápido del Gobierno. Pero no por ello el electorado deposita su confianza en otros partidos como IU y UPyD. Es una situación de crisis política que nos va a quedar pendiente para después de superar la económica», añade.

Para Rodríguez Buznego, «el ciudadano ve a los políticos muy egoístas, pendientes de aumentar su poder, celosos de conservarlo, poco preocupados de los verdaderos problemas del ciudadano; y ahora, en plena crisis, no son capaces de darle solución, y los partidos siguen enzarzados en sus diferencias, creándolas incluso artificialmente».

El experto también ve preocupante el aumento de la abstención, de aquellos que se declaran apolíticos, posible caldo de cultivo de partidos populistas, aunque «la memoria y el recuerdo del franquismo está actuando de cortafuegos». Lo que sí resalta es que durante estos años «la gente no está conforme con el funcionamiento de los partidos, hay dudas sobre para qué sirven las autonomías, si habría que reducir municipios y concejales, y es posible que se produzca una situación en la que sea necesario acometer reformas de calado en nuestro sistema». Para Buznego, «es significativo el rechazo a las autonomías, que para una parte importante del país se han convertido en un problema».

El profesor de Sociología Sergio González Begega se muestra sorprendido por el hecho de que los votos que pierden PP y PSOE no pasen a partidos minoritarios y se decanten por la abstención. Aunque no comparte la teoría, Begega destaca que hay expertos que ven «un peligro de "weimarización" (por la República de Weimar) de los países de la periferia de Europa, aunque en España no hay un problema de extrema derecha, ya que en el PP se concilian tendencias distintas».

El sociólogo indica que espera que «los partidos mayoritarios sean conscientes y hagan un esfuerzo de responsabilidad y visión estratégica para evitar que un electorado hastiado y desafecto encuentre acomodo en la extrema derecha». González Begega opina que los ciudadanos están pidiendo «una toma de responsabilidad conjunta por parte de los partidos mayoritarios», echa de menos la narrativa de los pactos de la Moncloa. Otro aspecto que destaca el sociólogo es que los encuestados están pidiendo «consensuar los ajustes». Y es que, «aunque nadie le va a negar al PP legitimidad, quizá no tenga la base social necesaria para aplicar los ajustes». A juicio de González Begega, «los ciudadanos quieren que la carga de los ajustes se reparta de forma más equitativa».

El politólogo Francisco José Llera Ramos opina, por su parte, que la encuesta del CIS confirma «la situación desgastada de la clase política española y que la crisis agudiza los déficit del sistema democrático». Para Llera, «tras las elecciones se generó una expectativa, pero las cosas no le han ido mejor al PP que al PSOE». La derechización antisistema que se ha extendido por Europa aún no ha calado en España, pero la mayoría de los españoles está reclamando «una regeneración política». A juicio de Llera, «no podemos seguir con políticos mediocres, que cuando falta el dinero se descubre que no sirven ni para gobernar su casa». El politólogo estima que los ciudadanos están reclamando políticos más serios y conscientes de que la confianza que se deposita en ellos tiene una caducidad». Y añade que la crisis afecta actualmente a todas las instituciones, porque «no hay institución en la que no se hayan descubierto episodios de despilfarro y gestión poco profesional».

El profesor de Derecho Constitucional Miguel Ángel Presno cree que «la tendencia que cabe remontar a un atrás, y que tiene que ver con el lema "No nos representan" del 15-M, quizá se haya agudizado más por la sensación de fracaso de la política frente a la economía». Para Presno, la ciudadanía se ha visto decepcionada por el PP, por la sensación de que gobierna la economía. «También existe la sensación de que los políticos están por debajo del común de los profesionales, que la política es una salida para gente que fracasaría en cualquier trabajo, que no destaca el más brillante sino el más dócil», indica, Presno, que no ve posible que pueda articularse una extrema derecha en España, cree que «la sociedad demanda más crítica y funcionamiento democrático, aunque al final se penaliza a los partidos con divisiones internas».