Una concentración silenciosa de trabajadores y estudiantes de la Universidad, en protesta por los recortes, recibió ayer a las autoridades, académicas y políticas, en la apertura del curso en la institución académica asturiana. El «tijeretazo» al que el Gobierno central ha sometido a la educación y al sistema nacional de ciencia e investigación fue el hilo argumental de un acto solemne en el que el rector, Vicente Gotor, dejó meridianamente claro que en este momento de crisis la Universidad necesita «apostar por la calidad frente a la cantidad». Es decir, que resulta imposible pensar siquiera en aumentar el número de titulaciones.

Lo importante ahora, dijo el rector, es «tomar decisiones valientes», y «detectar los proyectos prioritarios». Muchos de ellos, relacionados con la investigación, un pilar de la Universidad en el que los recortes pueden causar consecuencias «desastrosas», advirtió. En Asturias, «el Gobierno regional no ha hecho nada en los últimos doce meses para cofinanciar a los grupos, ni ha sacado convocatorias del plan regional de investigación», sentenció.

«Sufrimos las consecuencias de una política que no ha hecho una apuesta clara por un modelo que facilitase la creación de institutos de investigación, el impulso a los grupos emergentes y el despegue internacional de los grupos consolidados», continuó Gotor. La parte final de su discurso, el más importante del año académico, fue un duro alegato a favor de la ciencia y en contra de la ceguera de los gobernantes a la hora de fomentar un modelo productivo basado en la investigación. «Asistimos no a una parálisis», explicó el rector, «sino a un retroceso en la ciencia española del que difícilmente nos podemos recuperar». «Cuando pudimos ser avanzadilla no se tuvo la valentía de hacer una apuesta incondicional por la investigación», lamentó Gotor, «y ahora sigue sin comprenderse que sin investigación, sin innovación, sin ciencia, no hay avance posible para una sociedad».

La Universidad, afirmó el rector, juega un papel capital a la hora de encontrar la luz al final del túnel de la crisis, y en ese empeño coincidió el presidente del Principado, el socialista Javier Fernández. La institución académica asturiana debe ser «el primer agente de nuestro sistema autonómico de ciencia», afirmó, «y la inevitable renovación socioeconómica de Asturias, y en ella el fortalecimiento de su potencia industrial, es impensable sin la Universidad».

El jefe del Ejecutivo, acompañado por el presidente de la Junta, Pedro Sanjurjo; por la consejera de Educación, Ana González, y por la directora general de Universidades, Miriam Cueto, vivió su primera apertura de curso tranquilo, lejos de los altercados acaecidos en otras comunidades, que en Madrid obligaron a cancelar la sesión. Frente a la política de recortes impulsada por el Gobierno central, Fernández defendió el «sustrato público» de la enseñanza universitaria. «Vivimos momentos en que la criminalización de lo público se ha convertido en un hábito», lamentó.

«Los condicionamientos económicos nos afectan a todos, y tenemos que afrontarlos», reconoció el Presidente, «pero ello no supone justificar la adopción de ajustes que afectan a la calidad de las universidades públicas». «Asumiremos juntos el esfuerzo de contención de gasto que por responsabilidad social estamos llamados a realizar», prometió el presidente. A cambio, Javier Fernández le pidió a la Universidad tres cosas: «Eficacia en la gestión, austeridad en el gasto y responsabilidad en la elección de aquellas actuaciones que tengan un carácter prioritario».

Las críticas de Gotor

«Sufrimos las consecuencias de una política que sigue sin comprender que sin investigación, sin innovación, sin ciencia no hay avance»

«El Gobierno asturiano no ha hecho nada los últimos doce meses para financiar grupos, ni ha sacado convocatorias del plan regional de investigación»