Oviedo, Á. FAES

Los 976 trabajadores por cuenta propia que no accedieron, a pesar de realizar la inversión y cumplir los requisitos, a la ayuda conocida como el «tique del autónomo», por haberse quedado el Principado sin crédito presupuestario, tendrán una nueva oportunidad en los «próximos días o semanas». Lo aseguró ayer en el Pleno de la Junta el consejero de Economía, Graciano Torre, que anunció una nueva convocatoria para el casi millar de implicados y para otros posibles beneficiarios que decidan optar a la subvención.

Interpelado por la popular Susana López Ares, el Consejero, que no avanzó la dotación económica ni concretó plazos, admitió que su Gobierno tenía un «deber moral» con los autónomos y que el Ejecutivo estaba a la espera de que «los técnicos de Hacienda den el visto bueno».

López Ares achacó al anterior Gobierno socialista, del que Graciano Torre también formaba parte, de un «mal diseño» de la ayuda y de no haber informado a los autónomos de que no existía crédito presupuestario y que la ayuda quedaría suspendida. El consejero de Economía rechazó cualquier responsabilidad y señaló que fue cuando Francisco Álvarez-Cascos presidió el Ejecutivo cuando se incumplió el compromiso. Fue la diputada forista Carmen Fernández la que defendió el papel de su partido.

Hizo un alegato acerca de la implicación de Foro con el bienestar de los autónomos y aludió al «veto a los Presupuestos» de socialistas y populares, y su negativa al endeudamiento del Principado como la causa de no haber cumplido con los autónomos. «Ampliamos en dos ocasiones la cuantía y cuando se agotó, hubo que denegar las solicitudes», explicó la parlamentaria.

El Pleno continúa hoy con dos mociones de grupo parlamentario de Foro y dos proposiciones no de ley, del PP y de IU. Los foristas instan al Gobierno regional a explicar sus actuaciones ante Madrid en referencia al sector energético y, en especial, a las tarifas eléctricas de las empresas. El PP, a través de su diputada Emma Ramos, advirtió ayer de que el problema no debe centrarse sólo en el riesgo de deslocalización de las multinacionales y que puede atajarse con «un plan industrial que contemple otros inconvenientes como una demanda interna e internacional escasa».