Viajero, escritor y explorador

Oviedo, M. J. IGLESIAS

Miquel Silvestre (Denia, 1968), viajero, escritor y explorador del siglo XXI, decidió un buen día dejar su despacho de registrador de la propiedad y lanzarse a recorrer el mundo en moto con el propósito de contar historias. Ha firmado decenas de reportajes de viajes; tiene publicadas tres novelas y el libro de relatos «Dínamo estrellada». Acaba de regresar de una vuelta al mundo en la que ha recorrido 25 países y hoy presenta en Gijón su libro «Un millón de piedras». Con el apoyo de BMW Motorrad España, Miquel ha recorrido el planeta a lomos de «Atrevida», una BMW R1200 GS 30.º aniversario, bautizada así en honor a la goleta de la «expedición Malaespina».

-¿Cómo se ve a España por las tierras que ha recorrido a lomos de la BMW?

-España en el mundo se reduce al Real Madrid y al Barcelona. A mí el fútbol no me gusta. Por eso, me esfuerzo en reivindicar la historia de los exploradores españoles olvidados, entre ellos el avilesino Pedro Menéndez de Avilés, fundador de San Agustín, la primera ciudad española en Florida. Ahora bien, me he dado cuenta de que estos dos equipos tendrían en su mano el futuro del planeta porque son líderes de opinión. Lo que dicen Ronaldo o Messi es hoy más importante que las resoluciones de la ONU.

-¿Cómo es que ningún diplomático español se ha dado cuenta de eso?

-Tal vez porque no viajan por las carreteras que yo transito... Si los futbolistas retransmitieran antes de cada partido un mensaje diciendo que la basura es mala, el planeta quedaría limpio en cuestión de meses. Son respetados por todas las culturas y religiones. No hay líder que se atreva a vetar un partido de fútbol.

-¿Los residuos serán el gran problema en las próximas décadas?

-Sin duda. En Asia se generan toneladas de basura que van directamente a las calles. Hay que explicarle a la gente que eso destrozará sus países.

-¿Hay que ser de otra pasta para resistir 14 meses sobre una moto por tierras inhóspitas?

-Llevo cuatro años viajando en moto para contar historias. He visitado 90 países y en este último recorrido he atravesado 25. Se resiste cuando estás muy convencido de lo que haces. Soy escritor y me he dado cuenta de que no hace falta viajar en el tiempo o inventar una trama enrevesada de espías. Tú mismo en otro escenario vives una vida diferente. Eso es lo que ofrece la literatura de viajes.

-Es registrador en excedencia, como el presidente Rajoy. ¿Cree que le envidiaría en estos momentos?

-Supongo que si es una persona normal, me envidiaría. Hay que tener la piel muy dura para meterse en política.

-¿Dónde se ha encontrado las mejores historias?

-Las mejores historias las he encontrado en África y están contadas en «Un millón de piedras», el libro que presento mañana en Gijón y que va por la quinta edición. Surgió por casualidad. Me invitaron a un viaje a Kenia, me compré una moto de segunda mano y conseguí cruzar África. Allí cada día es una aventura. Cuando no hay Estado del bienestar se cumple eso de respeta a tus ancianos y cuida de tus hijos. La telaraña de solidaridad tribal funciona. Es gente que tiene mucha curiosidad por el viajero.

-Tantas horas en la moto, con el casco puesto... dan para pensar mucho. ¿Le preocupa la situación económica de España?

-Si se piensa desde el punto de vista de un africano, nuestras quejas son las de un niño consentido. Con lo que se sigue derrochando en un cubo de basura hay alimento para una familia africana. El problema no lo tiene sólo España. Esto es un nuevo escenario y hay que reinventarse. Yo pasé de una profesión muy rentable a otra que resulta mucho más enriquecedora. El mundo que conocimos ya no existe.

-¿Queda algo por explorar?

-Explorar es abrir una nueva ruta para que otro la repita. Yo lo he hecho. He sido el primero que ha llegado a Filipinas en moto.