Oviedo, Álvaro FAES

Un defensor del laicismo -entre otras muchas causas- como Luis Gómez Llorente (Segovia, 1939) llevó su respeto a la religión católica hasta el último día. Un sacerdote, Andrés, amigo de su etapa de profesor en el Instituto de La Paloma, condujo en la capilla del tanatorio de Tres Cantos (Madrid) el acto de despedida a quien fue el primer diputado por Asturias que el PSOE tuvo en el Congreso. Gómez Llorente, fallecido anteanoche en Madrid a los 73 años, tras una enfermedad que le había debilitado mucho en los últimos tiempos, no era asturiano pero lo parecía. Su condición de «cunero» -enviados desde la ejecutiva para encabezar listas en una región distinta a la de origen- del Partido Socialista no le restó arrojo en la Cámara baja para defender a Asturias tras las elecciones constituyentes de 1977 y después, en la primera legislatura, entre 1979 y 1982.

Con él, se va el último de los cuatro parlamentarios socialistas que representaron a Asturias después de las primeras elecciones democráticas tras la dictadura (1977): el propio Luis Gómez Llorente, Honorio Díaz, José Manuel Palacio y Emilio Barbón.

Una significativa representación de la clase política española que protagonizó la transición acudió ayer al tanatorio de Tres Cantos para despedir al político segoviano, que encabezó las dos primeras listas de diputados socialistas que Asturias tuvo en la Carrera de San Jerónimo. Con especial presencia socialista, se vieron antiguos e históricos dirigentes como Antonio García Santesmases, miembros de Corriente Socialista, ahí estaba Manuel de la Rocha, responsables sindicales, Cándido Méndez, o añejos socialistas entre los que estaba Enrique Mújica, Javier Solana, Manuel Simón o Matilde Fernández.

La huella que dejó en el Congreso de los Diputados caló en políticos de otros signos que ayer le despidieron, como Landelino Lavilla, presidente de la Cámara baja en la época de Gómez Llorente, o Miguel Herrero de Miñón, uno de los siete «padres» de la Constitución.

También el presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, glosó brevemente ayer su figura. «Fue un hombre clave en el PSOE durante la transición y una persona muy querida para los socialistas asturianos, un referente político en muchos aspectos. Se va un ciudadano comprometido con los valores democráticos y un socialista de referencia, por lo que sólo queda trasladarle el pesar a su familia y tener presente su legado intelectual y de compromiso con la democracia y el progreso».

La nueva ejecutiva de la Federación Socialistas Asturiana, reunida por primera vez ayer tras el congreso del pasado fin de semana, guardó un instante para el recuerdo de su primera reunión. El secretario de organización, Jesús Gutiérrez, destacó su «capacidad oratoria» y lo señaló como «un gran filósofo».

Luis Gómez Llorente estudió Filosofía y Letras en la Universidad Complutense y ya entonces despuntó como un socialistas comprometido. Criado en una familia de clase media, sin excesos ni tampoco penurias, en privado repetía que «los que tenemos el estómago lleno debemos ayudar a los que lo tienen vacío», y eso se traducía en una fuerte lucha por los derechos de obreros y menos favorecidos, y en una apuesta firme por la construcción de una enseñanza pública democrática, participativa, abierta y sin sectarismo.

«Nos queda su legado intelectual y su compromiso con la democracia y el progreso»

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Presidente del Principado

Luis Gómez Llorente jugó un papel relevante en la vida parlamentaria tras las elecciones constituyentes. Fue vicepresidente del Congreso y participó en la organización de las Cortes, la elaboración del Reglamento y la propia Constitución en la que, aunque no fue ponente, defendió causas de calado en el debate constitucional «Entre otras, dejó huella una intervención suya con motivo de la enmienda socialistas que pedía la república como forma de estado», rememora Jesús Sanjurjo, número dos de los socialistas por Asturias, tras Gómez Llorente, en la primera legislatura, una vez celebradas las elecciones de 1979. «Sabía transmitir como nadie los conceptos tradicionales del socialismo», explica Sanjurjo.

Una solidez de valores que posiblemente le costaron no haber prolongado su carrera política más allá de 1982. Ni siquiera el empuje del brioso Felipe González pudo con Gómez Llorente en el 28º Congreso socialista, cuando el prometedor y futuro presidente del gobierno renunció a la reelección en la secretaría general, disconforme con algunas resoluciones adoptadas, muchas con el sello del parlamentario segoviano con asiento asturiano en el Congreso. Entre ellas, el deseo de González de suprimir el término marxismo de la definición ideológica del PSOE. Una gestora tomó las riendas del partido, tras renunciar también Tierno Galván, el propio Gómez Llorente -creía que se perdían las raíces socialistas- y Francisco Bustelo. La situación se manejó bajo la provisionalidad hasta el congreso extraordinario, en septiembre de 1979. El marxismo se eliminó de la definición, pero se asumió como «método de análisis de la realidad».

Después, con Felipe González creciendo en el partido y Alfonso Guerra ganando protagonismo, Gómez Llorente nunca aceptó aquello de «el que se mueve no sale en la foto», lo que le empujó a la retirada de la primera línea, que no de la militancia, en 1982.

«Guerra y él no llegaron a cuajar y tuvieron discrepancias», observa Avelino Pérez, número tres del PSOE asturiano en aquella lista de los comicios de 1979. «Era un erudito y su capacidad de comunicación superaba a la de Felipe González», elogia quien también fue secretario general de UGT en Asturias. Cerraba esa histórica lista de diputados Pedro de Silva, -más adelante primer presidente asturiano electo- convencido para la aventura parlamentario por Gómez Llorente la noche antes de convertirla en pública. «Fue uno de los grandes oradores que han pasado por el Congreso, junto a Tierno Galván, Herrero de Miñón y el leonés Fernando Suárez. Me cuesta encontrar a algún dirigente socialistas que reúna la consistencia de sus ideas, sus compromiso con la clase trabajadora y la firmeza de su integridad personal», halaga el ex presidente regional.

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