Pajares (Lena) / Oviedo, J. VIVAS / M. PALICIO / AGENCIAS

Catorce pasos de montaña y otros trece tramos de carreteras de la red regional precisaban esta tarde el uso de cadenas para poder circular por ellos ante la nieve acumulada, que mantenía también cerrado el acceso a los Lagos de Covadonga y el puerto de El Connio, en Ibias, informa el 112-Asturias.

La principal vía de comunicación entre Asturias y la Meseta, la autopista del Huerna no presentaba problemas para circular, como tampoco se registraban para psar el puerto de Pajares, en la N-630, que esta mañana estaba cerrado al paso de camiones, según la información facilitada desde la Dirección General de Tráfico.

Los catorce puertos en los que es preciso utilizar cadenas son los de El Palo, Pozo de las Mujeres Muertas, La Marta, San Isidro, Leitariegos, Tarna, Cerredo, Campillo, El Acebo, Tormaleo, Somiedo, San Lorenzo, Ventana y La Garganta.

El estado de las carretera apunta que continúa cerrada la que une Covadonga con Los Lagos, y señala la necesidad de usar cadenas para transitar por otras trece: AS-34, Berducedo-Pozo de las Mujeres Muertas; AS-264: Sotres-límite con Cantabria, y AS-15: Cornellana-Cerredo, en los accesos al túnel de Rañadoiro por ambas bocas.

Se encuentran en la misma situación tramos de la CN-4: Las Mestas-Genestoso; CN-8: Vallado-Cibea; CN-9: Rengos-Monasterio; AS-230: Bárzana de Quirós-Pola de Lena; SD-1: Central de La Malva-Saliencia; AS-11: Vegadeo-Alto de la Garganta; AS-13: Pesoz-Alto de la Garganta y AS-361: El Gumio-Alto de la Garganta.

Treinta y dos provincias de todas las comunidades autónomas están hoy en alerta naranja o amarilla por rachas de viento fuerte o nevadas, entre ellas Asturias.

La primera nevada de la temporada obligó ayer a cerrar el Huerna durante hora y media

La primera nevada de la temporada interrumpió ayer durante hora y media la comunicación por carretera entre Asturias y la Meseta. Cinco minutos después de las ocho de la tarde, la intensificación de las precipitaciones de nieve que habían arreciado durante todo el día sobre la Cordillera indujo el cierre de la autopista del Huerna. Aucalsa, la empresa concesionaria de la principal vía de comunicación entre el Principado y León, decidió cortar la circulación de acuerdo con la Guardia Civil. Desalojó y limpió la vía y restableció el tráfico en torno a las nueve y media. Mientras esto sucedía en la autopista de peaje, a la misma hora la alternativa gratuita por el puerto de Pajares sí permitía el paso de turismos con cadenas, aunque estaba prohibido para vehículos pesados.

Desde las nueve de la mañana había nevado sin cesar, sobre todo en la zona asturiana del Huerna. A partir de las siete y media de la tarde, la extensión de las precipitaciones a la vertiente leonesa y el incremento de su intensidad aconsejó el cierre como medida de precaución, con el propósito de evitar que quedasen vehículos atrapados. Pasadas las ocho, los responsables de la vía desalojaron a los automovilistas que circulaban por el tramo afectado, de unos setenta kilómetros, y a continuación cortaron el tránsito en los dos sentidos. A las dificultades del temporal se sumó el incidente de un camión que circulaba en dirección a Asturias y que hizo la «tijera» en varias ocasiones entre el kilómetro 102 y el 104, lo que obstaculizó la labor de las máquinas quitanieves y favoreció la acumulación de la nieve en las calzadas. Una vez limpias, el tráfico quedó restablecido en torno a las nueve y media de la noche.

La primera incidencia llegaba así al Huerna incluso antes que el invierno, dos días antes también de la reunión que mañana tienen previsto celebrar en Oviedo el delegado del Gobierno en Asturias y el subdelegado en León para coordinar el dispositivo invernal en las vías de comunicación entre ambas provincias.

El cierre de ayer aporta, no obstante, otra prueba de que la psicosis del colapso recorre la autopista del Huerna desde que una gran nevada atrapó a un millar de automovilistas en la autopista a mediados de diciembre de 2008. Aucalsa aún está pendiente de conocer la cuantía de la multa que deberá pagar, toda vez que el Ministerio de Fomento había paralizado el expediente sancionador que había incoado a la compañía. Recientemente, la ministra Ana Pastor anunció la reactivación del proceso, que desembocará en el castigo a la empresa.

Este invierno adelantado a finales de noviembre, mientras tanto, obstaculizó ayer la circulación por otras muchas carreteras asturianas de alta montaña y dejó fuertes lluvias y tormentas de granizo en toda la región. El temporal arreció con nieve en las alturas y agua en casi todas partes, dejando tras de sí un inventario de incidencias que mantuvo cerrados al tráfico el puerto del Connio y la carretera de Covadonga a los Lagos, el puerto de Pajares prohibido para camiones y con cadenas para turismos y otros catorce pasos montañosos restringidos a vehículos con cadenas. Son los de El Palo, Pozo de las Mujeres Muertas, La Marta, San Isidro, Leitariegos, Tarna, Cerredo, El Campillo, El Acebo, Tormaleo, Somiedo, San Lorenzo, Ventana y La Garganta.

Además, un argayu mantuvo cortada la carretera AS-12, de Navia a Grandas de Salime, a su paso por el concejo de Illano, aunque por la tarde el tránsito quedó restablecido por uno de los dos carriles de la vía. La nieve a partir de setecientos metros y sobre todo la intensidad de las precipitaciones acentuaron las incidencias por toda la región. Hasta en el aire. Un avión de Vueling que cubría la ruta entre Barcelona y Asturias recibió el impacto de un rayo. La descarga se produjo mientras la aeronave sobrevolaba el aeropuerto asturiano, ayer por la mañana, aunque no le impidió aterrizar con normalidad. Una vez revisado el avión, como marca el protocolo, el enlace de vuelta a la Ciudad Condal tuvo que ser cancelado. A última hora de la noche, algunos pasajeros seguían esperando en el aeropuerto a que la compañía les recolocase en otros vuelos.

La alerta meteorológica por nieve se mantiene para hoy en todas las zonas montañosas de la región, toda vez que la cota de nieve permanecerá detenida a lo largo de la jornada entre los seiscientos y los setecientos metros. El pronóstico de la Agencia Estatal de Meteorología anuncia, no obstante, que la intensidad de las precipitaciones decrecerá hoy, con chubascos débiles o moderados en la primera mitad de la jornada y tendencia a remitir a medida que avance la tarde. La previsión adelanta que el frío seguirá en los próximos días, aunque descienda la posibilidad de chubascos fuertes y que la cota de nieve no subirá bruscamente hasta el domingo, cuando pase de setecientos a 1.400 metros.

Cinco kilómetros infernales. Así se podía catalogar ayer el estado del puerto de Pajares entre la localidad lenense de Flor de Acebos y Las Campas, en León, debido a la intensidad de la nevada que cayó durante la mañana. A pesar de la prohibición del tráfico de vehículos pesados y la obligatoriedad de las cadenas para los turismos, no todos se dieron por enterados y fueron muchos los coches que acabaron en las cunetas a la espera de que la grúa los remolcase. También llegó incluso a colarse algún camión que, ajeno a la restricción, decidió ahorrarse el pago del peaje del Huerna.

El alto de Pajares, junto al Parador, fue el lugar elegido por muchos conductores para poner las cadenas a sus vehículos. Entre ellos, el lavianés Carlos Lozano, quien aseguraba ser «todo un experto» en estas lides. «Trabajo en Burgos y vengo mucho a casa, así que una vez que entra el invierno, siempre tengo el coche equipado», explicó. Por eso, y a pesar de haber consultado con antelación la previsión meteorológica, no dudó en decantarse por Pajares para entrar en la región. «Siempre vengo por aquí, muy malo tiene que estar para que vaya por el Huerna», aseguró.

También con cadenas, aunque menos diestro, el gijonés César Álvarez no esperaba el temporal. «Si lo llego a saber, voy por la autopista», afirmaba. El conductor señaló que «siempre voy por Pajares porque me viene mejor, pero es imposible cuando caen estas nevadas». Con humor se lo tomaron Alex Tudor y sus amigos, parados en el alto del puerto sin cadenas. «Venimos de Madrid a ver a unos amigos de Oviedo y no conocemos mucho las carreteras, por eso entramos por aquí», explicaban. Tras una hora de espera, decidieron dar media vuelta y probar a entrar en la región por el Huerna. Delante de ellos estaba varado un camión y su chófer, de Europa del Este, que se mostraba bastante preocupado ante la imposibilidad de bajar por el puerto, mientras su jefe, a través del teléfono móvil, le apremiaba para que llegase a Asturias. Entrar en el puerto en contra de la prohibición de paso le acabó valiendo una multa de la Guardia Civil.