Oviedo, Álvaro FAES

El acuerdo de concertación social en Asturias ya tiene la firma de los protagonistas. Cerrado el pacto el pasado martes, el Gobierno y los agentes sociales pusieron ayer la rúbrica oficial a un documento que en la cifra final refleja 2.279 millones hasta 2015, de los que 1.500 se corresponden a inversiones, básicamente obra pública. Su objetivo primordial es la creación de empleo.

El presidente del Principado, Javier Fernández, minimizó durante su intervención en la sede de la Presidencia regional las críticas que ha recibido el pacto por parte de algunos expertos y desde sectores del ámbito académico. Satisfecho por la consecución del trato, incluso reclamó la conveniencia de que España contase con una alianza similar. «A menudo oigo o leo juicios desdeñosos contra la concertación. Como tantas otras cosas, se aprecia cuando no se tiene. En Asturias, todos los gobiernos, especialmente los socialistas, han procurado el pacto social. Y como no es una novedad, apenas se valora. Ahora, en España no hay concertación y no me canso de repetir que el Gobierno debería buscarla», lanzó Javier Fernández hacia el Ejecutivo nacional del PP. «La concertación que hoy se firma en Asturias debería servir de ejemplo para el Gobierno de España», remató.

El pacto social en la región, que para el período 2013-2015 regirá bajo la denominación de «Acuerdo por el empleo y el progreso de Asturias», y que ayer empezó a ser citado como el «AEPA», logra satisfacer a colectivos tan dispares como los dos sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras (CC OO) y UGT, y la Federación Asturiana de Empresarios, que lograron pactar con el Gobierno un documento de 62 páginas, además de otro acuerdo para la sostenibilidad de los sistemas educativo y sanitario públicos, del que no participa la patronal.

El empleo, la mejora del entorno empresarial e industrial y la preservación del Estado del bienestar son los tres grandes ejes -inversión al margen- de un documento que señala a colectivo de jóvenes como uno de sus objetivos prioritarios. A ellos va dirigido un plan específico de empleo que pondrá en marcha un paquete de medidas con el objetivo de mejorar la formación de los menores de 30 años; evitar su riesgo de exclusión del mercado laboral y facilitar los contratos en prácticas.

El impulso y apoyo a los emprendedores es uno de los puntos fuertes en el ámbito empresarial de la concertación, así como fomentar los instrumentos que faciliten su financiación, el apoyo al comercio exterior y la aprobación de un plan de investigación, desarrollo e innovación.

El acuerdo habla también de agilizar los trámites para la obtención del salario social, de instalar medidas que incentiven el alquiler de viviendas, además de elaborar un stock de casas vacías, la rehabilitación de inmuebles y la «promoción de la autonomía personal y atención a la dependencia».

Dicho de una u otra forma, todas las partes, incluido el Ejecutivo, coincidieron en que se trata de un documento «insuficiente» y centraron esa reflexión en el contexto de crisis en que se ha firmado, lo que también, según fuentes del Gobierno, fue uno de los motivos que «complicaron» la negociación. Sin embargo, el tono general fue de satisfacción, respecto a un concierto al que Javier Fernández atribuyó voluntad de lucha «contra la resignación».

El secretario general de UGT, Justo Rodríguez Braga, dio la vuelta al argumento: «El AEPA abre la puerta a la esperanza». Coincidió con el presidente regional a la hora de señalar el ejemplo que supone el acuerdo asturiano, algo que no se da con un espectro tan amplio de sectores en ninguna comunidad autónoma, salvo Andalucía. «Es un modelo que puede exportarse a otras regiones y a otros países», destacó el sindicalista, que dio la bienvenida al compromiso relativo a la obra pública, «porque eso significa que habrá puestos de trabajo».

Severino García Vigón, presidente de la FADE, instó a los críticos con la concertación social a que «abandonen sus prejuicios y lean el documento», tras descartar que se trate de «un mero reparto de fondos». Señaló que si la cultura del pacto «es conveniente siempre», aún lo es más en tiempos de crisis, y animó a los partidos políticos a que, siguiendo el ejemplo de la concertación, dejen a un lado «el "y tú más" y pongan todo su esfuerzo en buscar soluciones a los problemas que ha traído la crisis a los ciudadanos y que está dejando a los empresarios en la ruina». Del resultado final de la negociación, García Vigón dijo que todos se habían «dejado pelos en la gatera» como explicación a las renuncias que las partes debieron asumir.

La inserción de los jóvenes en el mercado laboral es una de las patas sobre las que se sustenta el acuerdo y eso mereció el comentario elogioso por parte de Antonio Pino, secretario general de CC OO en Asturias, que también aludió a que este tipo de alianzas no se da «en el conjunto del país por la negativa del Partido Popular al diálogo social». Reconoció que el pacto «parte de las limitaciones» que impone la crisis, pero celebró que «no se olvide de las personas y tenga en cuenta asuntos como el salario social básico».

«Este modelo puede exportarse a otras comunidades autónomas y países»

<Justo Rodríguez Braga >

UGT

«La cultura del pacto siempre es conveniente y más en tiempos de crisis»

<Severino García Vigón >

FADE

«Pactos así no se dan en España por la negativa del PP al diálogo social»

<Antonio Pino >

CC OO