Cerredo (Degaña),

Pepe RODRÍGUEZ

Coto Minero Cantábrico (CMC) y Unión Minera del Norte (Uminsa), las dos empresas del leonés Victorino Alonso, cesarán por completo su actividad cuando se entreguen los expedientes de regulación de empleo (ERE) a los casi quinientos trabajadores de cielos abiertos, tanto en Asturias como en León. Esta medida no será de extinción (como ocurre con los trabajadores de pozos interiores), sino temporal, con un horizonte máximo de seis meses, aunque hay trabajos específicos cuyos obreros recibirán un ERE de sólo tres meses.

La decisión se ha tomado ya, pero aún no es efectiva en todo el grupo. Los mineros a cielo abierto de Cerredo (Degaña) sí que han empezado a recibir estos ERE, siendo los primeros del grupo Alonso afectados en esta última oleada. Otro centenar de trabajadores vinculados al transporte de carbón, también del mismo consorcio, dejará de trabajar durante medio año.

Lo que sucederá, cuando se apliquen estas medidas, es que todas las minas de Alonso pasen a estar completamente paralizadas. Una situación que el máximo responsable del grupo empresarial ha tomado tras percatarse de que la huelga indefinida de los trabajadores de interior le abocaría a ello de forma irremediable. De hecho, los piquetes consiguieron detener no sólo el transporte de mercancía, sino el de suministros, gasóleo, recambios de piezas, suministros y ruedas para los camiones durante la primera jornada de paralización total que llevaron a cabo ayer en Cerredo.

Los responsables del grupo insisten en que la situación de las explotaciones mineras es insostenible debido a que aún no han recibido las ayudas al funcionamiento que se adeudan a las empresas desde el pasado año. Además, el anuncio por parte de las grandes compañías eléctricas de que denunciarán la puesta en marcha del decreto de garantía de suministros para que las térmicas compren carbón es un nuevo revés para los intereses de la compañía hullera.

En este sentido, Luis María Fernández, del sindicato USO y presidente del comité de empresa de Cerredo, ha asegurado: «Parece que Alonso quiere hacer nuestro trabajo más fácil. Nosotros estamos dispuestos a cortar todo tipo de transporte: carbón, gasóleo, dinamita... nuestra intención era paralizar todo el grupo Alonso, y parece que nos los va a facilitar».

Para Fernández, esto puede ser positivo, sobre todo, por un asunto que preocupaba mucho a los implicados. «Hay que evitar, a toda costa, el enfrentamiento entre trabajadores: que pare la empresa, pero sin que nos enfrentemos los unos con los otros», afirmó.

El grupo del empresario leonés Victorino Alonso parece evitar, de esta manera, la confrontación directa, mientras continúa con su imparable cascada de despidos, que parecen hacer realidad los peores augurios para el sector de la minería y, en concreto, para la comarca suroccidental, víctima como ninguna otra de los ERE e impagos de estas empresas.