-Para vivir aquí hay que valer.

Eduardo Calvo dicta sentencia desde la caravana en la que vive «en temporada», en el camping de La Raya, alto de San Isidro, 1.525 metros de altitud. Para retirar el metro y medio de nieve que empareda su casa «hay que tirar de pala», nada que no haya tenido que hacer muchas veces antes para abrirse paso a través de una pared blanca que ya estuvo más arriba este mismo invierno y que a finales de febrero tapaba por completo las roulottes. «A mí me presta», dice, y además no está solo ni aislado. Vive aquí porque trabaja como camarero en el restaurante y hotel La Braña, que está pegado al camping, justo donde se acaba Asturias y comienza León por el concejo de Aller. Junto a él vive en las mismas circunstancias otro compañero y «los fines de semana se peta». Tampoco tiene frío. Habla con la puerta abierta, porque las caravanas «están preparadas, son térmicas por dentro», y la calefacción eléctrica calienta tanto que «después de tenerla diez minutos encendida la tengo que apagar». Así se combate el frío en el sitio que ayer registró la tercera temperatura más baja de España -4,7 grados bajo cero- por detrás de otras dos medidas en Asturias, los 5,4 grados negativos de Leitariegos y los 5,1 bajo cero del puerto de Pajares. El alto cangués ya marcó la mínima de este invierno en el país, con menos 12,6 el pasado 28 de febrero.

El hogar provisional de Eduardo, amurallado por la nieve, es la foto de un invierno que se despide de Asturias enseñando el colmillo, con el anuncio de una borrasca que ayer ya obstaculizó el paso en las alturas de la Cordillera, bajó los termómetros más que en ningún otro lugar de España y promete más para hoy y mañana. Además del descenso de las temperaturas hasta los valores más bajos de España, diecinueve puertos y cinco carreteras de montaña anochecieron pidiendo cadenas, entre ellos San Isidro. En Pajares se cerró el paso a camiones a partir de las nueve y media de la noche y el tránsito se interrumpió completamente entre Covadonga y los Lagos.

La cota de nieve se mantendrá hoy en torno a los doscientos metros y la Agencia Estatal de Meteorología no prevé que empiece a ascender hasta mañana. Con eso y la previsión de precipitaciones, con cierta propensión a la tormenta y las temperaturas en leve descenso se dibuja el complejo panorama meteorológico para hoy. Apenas una semana antes del fin oficial del invierno, el centro de la región y los Picos de Europa amanecerán en alerta naranja por riesgo importante de acumulación de nieve, mientras que el Suroccidente y el litoral oriental tienen por el mismo motivo nivel de aviso amarillo.

A primera hora de la tarde de ayer apenas nevaba en la cima de San Isidro, con la carretera limpia y en el termómetro tres grados bajo cero suficientes para que se congelase el agua en los parabrisas de los coches. Curado de espantos, Eduardo Calvo esperaba con expectación «esta noche y mañana» (por hoy) a la luz de los pronósticos de un nuevo temporal de frío y nieve. Ha perdido la cuenta de los que lleva este invierno. El notable espesor de la nieve que le rodea es el resultado de la acumulación de borrascas que ha caracterizado a este invierno particularmente crudo.

Anoche, el parte oficial de daños pedía cadenas para atravesar la mayor parte de los pasos montañosos del Suroccidente y la Cordillera Cantábrica. Además de San Isidro, el Palo, Valvaler, el Pozo de las Mujeres Muertas, la Marta, La Espina, Pajares, Leitariegos, el Connio, Tarna, Cerredo, El Campillo, el Acebo, Tormaleo, La Cobertoria, Somiedo, San Lorenzo, Ventana y la Garganta. Además del cierre de la carretera que va de Covadonga a los Lagos, las cadenas eran necesarias para circular en coche entre Sotres (Cabrales) y Tresviso (Cantabria), de Tuiza a La Cubilla, en Lena, de La Malva a Saliencia, en Somiedo, de Tineo al alto de La Espina, y por la carretera de Las Llanas, en Quirós.