El modelo chino es sencillo: producen barato debido a que el sistema explota a una enorme masa obrera sin derechos sociales, gracias a lo cual acumula un ingente capital, que luego presta a los países de Occidente, endeudados para poder mantener su antiguo ritmo de vida. El Partido Comunista es el gran capataz que asegura la explotación y reprime cualquier contestación social. Como China crece a un ritmo cuatro o cinco veces superior al de Occidente arrincona cada día más nuestros productos y se enriquece cada vez más con los intereses de la deuda. Para evitar la gran debacle, Occidente intenta abaratar costes de producción reduciendo salarios reales y servicios sociales, mientras sube la presión fiscal para poder pagar la deuda. Al final para hacer frente a la competencia china trabajaremos todos como chinos, con la «troika» como gran capataz y la democracia en la memoria histórica.